"La traición de la memoria es la mayor perversión del independentismo.
La memoria de los emigrantes que levantaron aquella tierra como mano de
obra barata y que ahora, cincuenta o sesenta años después, traicionan
su propio recuerdo y se comportan como aquellos burgueses que un día los
llamaron "charnegos", ese término que suena a ganado vacuno.
Son los
hijos y nietos de emigrantes andaluces, sobre todo andaluces, que llegaron en los últimos años del franquismo en oleadas hasta Cataluña,
huyendo de la hambruna a la que el franquismo había condenado a
Andalucía. ¿De verdad quieren hablar de represión, de marginación, de
postración? Había que comer y en muchos pueblos de Andalucía, aun
después de la crueldad de la posguerra, no había ni un mendrugo de pan.
Ocho o diez bocas que alimentar en un cortijo en el que solo cabía la esperanza de la limosna. Cerca de un millón de andaluces emigró en dos décadas a Cataluña, entre las décadas de 1950 y 1960.
Tan dura llegó a ser al principio la vida para esas pobres gentes que
emigraban a Cataluña en busca de pan, que cuando se hacían redadas en
las chabolas en las que se instalaban para vivir se les mandaba a un
‘pabellón de clasificación de indigentes’ en el que se les retenía y se
les trataba como animales, con duchas desinfectantes y raciones mínimas
de comida y agua, hasta que el gobernador civil de turno decretaba su
expulsión, con el aplauso de la prensa y la sociedad burguesa catalana.
Esa es la historia real y, como tal, solo debería servir para ser recordada, para aprender de los errores,
para condenar la explotación, para rechazar las injusticias, para
exigir igualdad.
Nunca para mirar hacia atrás con ira porque el único
sentimiento que tendría que nacer de un pasado tan duro es el orgullo de
haberlo superado. No ocurre así y esa es la memoria traicionada cuando
en Cataluña se oye hablar a hijos y nietos de los emigrantes andaluces, de aquellos charnegos de las chabolas, y en vez de reivindicar sus raíces, hablan con desprecio de su tierra.
Por eso, en Esquerra Republicana habrán elegido portavoz a un tipo como Gabriel Rufián,
porque el origen andaluz de su familia, su fe de converso, sus deseos
de agradar y de ser acogido por aquellos que despreciaban su origen, lo
hacen más agresivo que cualquier otro independentista con "ocho apellidos catalanes".
Sus apellidos y sus raíces son las de tantos otros cientos de miles: una familia de ocho hermanos que malvivía en Bobadilla, ahogados en el mar de olivos de los latifundios de Jaén.
Si Rufián se ha hecho famoso en el Congreso, ha sido porque, como
ningún otro independentista, habla “con asco y con odio”, como él mismo
dice.
Y porque quiere ser el máximo exponente del triunfo del independentismo catalán sobre España,
el más humillante: “Soy charnego e independentista, he aquí vuestra
derrota y nuestra victoria”, como dijo en uno de sus primeros discursos.
Cada vez que se acerca en Cataluña
un periodo de especial tensión política, cada vez que el
independentismo agita las aguas, surge una polémica en la que un
inmigrante andaluz, o descendiente de inmigrantes andaluces, se
pronuncia a favor de Cataluña y desprecia su tierra.
A veces se trata de
un vídeo en el que una señora, andaluza de origen, defiende el
independentismo porque “Cataluña nos ha dado el pan que comemos”, y
otras veces es un dirigente político, como el alcalde de Blanes, Miquel Lupiáñez, que tuvo sus quince minutos de gloria hace unos días cuando, en Onda Cero,
dijo aquello de que la diferencia entre Cataluña y el resto de España
era como la de Dinamarca con el Magreb.
“Las prioridades aquí son otras,
la sociedad se mueve más por un espíritu de construcción, de avanzar,
de esfuerzo, responsabilidad y compromiso. No es que en el resto de
España no existan, pero se viven de otra manera. No digo que nos roben o
que aquí trabajemos más, aunque tampoco lo considero justo”.
Hay otros muchos miles de emigrantes andaluces, y no andaluces, que hoy viven en Cataluña y que se sienten indignados
Miquel Lupiáñez Zapata nació como José Miguel Lupiáñez Zapata en la Alpujarra de Granada. Con ocho años, en 1969, los padres del hoy alcalde de Blanes emigraron
a Cataluña porque “no podían vivir, no podían alimentarme” en una
Alpujarra olvidada, subdesarrollada y abandonada a su suerte en aquellos
tiempos.
¿Cómo puede culparse al pobre de su pobreza? Hoy ya no se
emigra de la Alpujarra a Cataluña porque sus niveles de paro son
parecidos (a finales de 2016 en Blanes había un 18 por ciento de paro, solo dos puntos por debajo de Narila,
donde nació Lupiáñez) y las condiciones de vida de la Alpujarra han
cambiado radicalmente gracias al desarrollo y las inversiones que han
llegado con la democracia.
Sin embargo, el alcalde de Blanes no solo
mantiene en su mente la imagen de pobreza de cuando emigraron sus padres
sino que, además, culpa a su tierra del abandono: “Las prioridades aquí
son otras…”. (...)
Cuando se ha extendido el progreso, han disminuido las diferencias.
Pero la mentalidad no ha cambiado porque a los andaluces se les sigue
considerando charnegos, de otra raza o de otra especie.
“Yo he estado en
Andalucía de vacaciones y la verdad es que la gente trabaja cuatro
horas. La mayoría de las horas están en el bar o están de fiesta. Las
calles siempre están llenas, yo no lo entiendo”, dice una chica en uno
de esos vídeos que van aflorando en estas épocas de especial tensión independentista en Cataluña.
Tanto lo han repetido, que se los han creído hasta los propios insultados. Ya sé que hay otros muchos miles de emigrantes andaluces, y no andaluces, que hoy viven en Cataluña y que se sienten indignados, acosados e insultados.
Pero no son ellos los que salen en los vídeos, sino esos otros que
reniegan de sus raíces y traicionan su propia memoria con una mentira
inventada, mil veces repetida: “España nos roba”.
Igual que existe un
‘síndrome de Estocolmo’, habría que considerar la posibilidad de nominar
el ‘síndrome del charnego’.
Señora impetuosa: "Cataluña nos ha dado el pan que comemos".
No muerdas la mano que te da de comer. No hay refrán más servil, más perruno." (Javier Caraballo , El Confidencial, 09/07/17)
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