"(...) Lo absurdo de esta campaña para catalanizar Cataluña se me reveló
hace pocos años, cuando me pidieron que diera una conferencia en la joya
de la educación superior en Barcelona, la Universidad Pompeu Fabra. ¡El
patrocinador me preguntó si la pronunciaría en catalán o en inglés!
«¿Por qué no en español?», pregunté yo.
El profesor respondió que eso era inaceptable.
Así
que hablé en inglés y me dí cuenta de que menos de la mitad de la
audiencia entendía la conferencia, aunque el 100% entendía español.
Más
tarde pregunté a alguien de la jerarquía universitaria por qué pensaba
que el inglés era menos represivo que el español, dado que el
imperialismo de Estados Unidos enseñoreaba la OTAN y el imperio
financiero de los bancos en Wall Street y Londres.
Su respuesta: «Hemos
estado oprimidos por los españoles mientras que las grandes empresas
angloamericanas son socios nuestros en la modernización de nuestra
nación».
Rambla abajo, ví «la opresión»: la reconstrucción del
Barrio Chino financiada con fondos del Estado, las nuevas, enormes y
feas torres de acero y cristal de Plaza Catalunya, los bloques de
carísimos pisos nuevos en los alrededores del estadio olímpico en los
que viven los oprimidos catalanes.
Tomé luego el metro a Besós, en
Hospitalet, donde los bares rebosaban a primera hora de la tarde de
jóvenes en paro que bebían cerveza y todo el mundo hablaba español. ¡Sí,
señor! ¡Catalanes oprimidos! Igual que los anglos oprimidos de Beverly
Hills o de la parte este de Manhattan, que se quejan de la educación
bilingüe.
En Estados Unidos, los educadores progresistas que respaldan
la diversidad cultural y el bilingüismo han tenido éxito en las grandes
ciudades porque los gobiernos locales tienen poder para decidir sobre
política educativa. Es indispensable en Cataluña una mayor autonomía
municipal para que la mayoría hispanohablante que vive en los suburbios
de Barcelona pueda fomentar el bilingüismo en las escuelas.
A fin de
cuentas, si Pujol puede justificar la autonomía y la autodeterminación
catalanas dentro del Estado español, ¿por qué la mayoría hispanohablante
de las ciudades de Cataluña no ha de poder exigir también autonomía y
autodeterminación en materia lingüística? ¿No es hora ya de que los
progresistas catalanes dejen de imitar a la derecha norteamericana?"
(James Petras. El Mundo, en Rebelión, 21/04/1999); En este enlace ya no se encuentra el artículo, y en El Mundo sólo se accede mediante suscripción, se puede leer todavía aquí: Burbuja, 16/06/15)
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