9/5/17

Gabriel Rufián: un ladrillo (falsamente detectado) en el ojo ajeno y otro enorme (este muy real pero no reconocido) en el propio... el PP no es revolucionario, pero, ¿lo son Puigdemont, Mas, el PDCat?

"(...) ERC tiene caseta -la bodegueta- en la Feria Abril, territorio comanche para la formación. No iban, según cuentan, desde 1998, desde hace casi 20 años. ¿Por que será? ¿También una feria que mueve a millones de visitantes es parte de la cultura popular catalana o es también cultura impropia? ¿El flamenco, Poveda por ejemplo, es algo externo a nuestra cultura?  

(...) el tema de hoy, un artículo firmado por el diputado Gabriel Rufián. (...) Importa lo que viene a continuación.

Hoy, en el sur de Europa, sostiene el diputado Rufián, “hay exclusivamente dos procesos de cambio real. Dos procesos de ruptura, de cambio, revolucionarios, constituyentes. Dos amenazas a un statu quo indigno e indecente”. Uno, señala, pensando seguramente en futuras alianzas, “se llama Unidos Podemos y es español”. 

“Español” es aquí palabra importante: significa para Rufián no catalán (lo cual es netamente inconsistente teniendo en cuenta la presencia en Unidos Podemos de una fuerza catalana como de En comú podem)”. El otro proceso de ruptura, de cambio, revolucionario, constituyente, en opinión de Rufián, “se llama proceso de autodeterminación y es catalán”. 

Autodeterminación, independencia, aquí ya no se habla de derecho a decidir o de metáforas afines. Que sea catalán quiere decir para él que el resto de ciudadanos no tiene nada que decir. El resto es silencio también en este caso. (...)

En otros tantos sentidos, admite Rufián a continuación, no hay parecido. ¿En cuáles? “El principal de estos son los tiempos. Mientras que uno se enfrenta a un PP que gana elecciones en España junto con sus dos filiales, el Grupo Parlamentario del PSOE y Ciudadanos en bloque, el otro se enfrenta a ese mismo Estado y a su maquinaria mediática pero con unas mayorías políticas, sociales y parlamentarias diametralmente opuestas, con un PP prácticamente marginal”. 

A ver, a ver. Aparte de la confusión o no delimitación de partidos, gobierno y Estado, ¿el secesionismo catalán tiene actualmente una mayoría social? ¿De dónde saca ese dato el diputado Rufián? ¿Una mayoría parlamentaria diametralmente opuesta?

 ¿Pero no recuerda el diputado Rufián que su partido gobierna en alianza con un partido corrupto hasta las cejas como el PP, tan o más neoliberal que el partido de Rodrigo Rato y Montoro, un partido amigo de la Liga del Norte, un partido que ha llegado a mil acuerdos con el PP de Aznar y tan agresor-liquidador del Estado asistencial como el partido de Rajoy, por no recordar sus apoyos a reformas laborales antiobreras? 

El separatismo catalán, hegemonizado hasta el momento por el PDCat, ¿representa una ruptura revolucionaria con el sistema, con el régimen español, con el régimen catalán? ¿Pero esto va en serio? ¿Es un ejemplo de un marco mental con el que “hay quien es capaz de trascender una realidad tangible para acabar imponiendo la suya”?  (...)

Uno tiene que ganar a Rajoy, a Susana Díaz, a Rivera y al Tribunal Constitucional, afirma Rufián pensando en “Unidos Podemos”. El otro, el suyo, “ya lo ha hecho”. De nuevo su marco mental, su ensoñación secesionista. En todo caso, ¿no entiende el señor diputado que muchos ciudadanos catalanes que no tienen nada que ver con Rajoy, Rivera o Díaz (incluso mucho menos que él) no deseamos, no queremos, no somos partidarios de la ruptura de un demos popular común, que nuestra tradición es federalista y que nos sentimos mucho más hermanados con gentes de todas las comunidades españolas que con, por ejemplo, Fainé, Millet, Mas o Junqueras (sin decir que sean uno y lo mismo)?

Pudiera parecer, comenta Rufián, “que ambos movimientos se retroalimentan, ayudan y complementan, pero por desgracia no siempre es así. Principalmente por culpa de insignes revolucionarios que antes que la calle prefieren cúpulas de partidos de puño en alto”. ¿De quién estará hablando el señor diputado? ¿Insignes revolucionarios que prefieren las cúpulas a la calle?

 ¿A quién está insultando? Por lo demás, desgraciadamente y contrariamente a lo que dice, sí que se retroalimentan ambos movimientos en algunas aristas. ¿Desconoce Rufián que Unidos Podemos, en contra de la opinión de muchos y de su propia tradición, apoya un derecho inexistente como es el derecho a decidir sin hacer referencia al mismo tiempo a su apuesta federal?

Y una de dos, prosigue Rufián, “o les sobra el puño o les falta ideología, porque de otra manera no se entiende que se conviertan en un obstáculo para un proceso de autodeterminación de base popular y democrática”.

 ¿No se entiende o no lo entiende el señor diputado? Sin entrar en el alegre uso del término ideología (que equivale o puede equivaler, como nos enseñaron varios maestros, a falsa consciencia), muchos ciudadanos nos oponemos a un proceso excluyente de autodeterminación porque Cataluña ni es una colonia, ni una semicolonia, ni una nación oprimida ni nada que se le parezca. 

Es una comunidad con una amplia autonomía política, una de las más ricas de España en términos de renta per capita, una de las más desiguales donde sus clases dominantes han jugado hasta la náusea con una supuesta explotación, robo u opresión de España. 

Nada menos que la presidente del Parlamento de Cataluña ha llegado a decir en el ahora pública, sin ruborizarse ni un instante, que los catalanes no podemos ser catalanes, nos lo impide España, que somos de hecho esclavos, esclavos de los españoles.

 El proceso de autodeterminación del que habla Rufián es, básicamente, un proceso de confrontación de un sector de las clases dominantes catalanes para incrementar su poder y hacer en su patio lo que les dé gana. ¿Dónde estaría Jordi Pujol Ferrusola en una Cataluña-nuevo-estado-de-Europa? ¿Tomando un café en casa con la madre del clan? (...)

En Esquerra, concluye el señor diputado, “la buena gente de España encontrará siempre un aliado para ayudar a derrocar este régimen corrupto en vuestro país, pero por los mismos motivos os esperamos para ayudarnos a ganar el nuestro”.

 Dejemos lo de buena gente (que refiere a la gente que sostiene lo que él defiende, los otros no somos buena gente); dejemos lo de “vuestro” y “nuestro” que vuelve a dejar en claro la posición excluyente del “marco mental” del señor diputado; dejemos aparte el 80%, mil veces repetido como un mantra (otra de las cifras inventadas, jamás modificada, como si fuera una ley demostrada für ewig sobre la “naturaleza social del pueblo catalán”, del secesionismo catalán), la posición de Rufián (y de su partido) es clara: os apoyaremos en vuestra moción de censura si vosotros nos apoyáis en el proceso de independencia (unilateral o no) de Cataluña. 

El chantaje es claro. Esperemos que Unidos Podemos no se deje chantajear y diga a las claras que su España es una España federal, una España que hermane a todos los pueblos españoles, también ellos diversos, en absoluto homogéneos. Que lo suyo no es la escisión interesada de un demos común, sino el abono, el cuidado de ese demos común que puede y debe luchar contra un régimen que perjudica por igual a toda la ciudadanía española."                  (Salvador López Arnal , Rebelión, 06/05/17)

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