"(...) 5. Más sobre el tema-monotema. Los vecinos de Viladomat, un pequeño
pueblo de la comarca de l’Alt Empordà, en Gerona, que vale la pena
visitar, decidieron el pasado domingo 29 de enero sobre si debía ondear o
no la bandera española en el edificio consistorial.
La bandera española
refiere a la bicolor pero seguramente (es decir, con seguridad) hubiera
sido lo mismo si habláramos de la republicana. Es española también;
punto y aparte para ellos. El alcalde, de la CUP, avisó que el resultado
sería vinculante y añadió que llevaría la decisión hasta sus últimas
consecuencias jurídicas y políticas.
Votaron el 37% de las 362 mayores
que viven en el pueblo mayores de 16 años (se pueden imaginar la
participación -¡en masa!- de los jóvenes de 16 a 18, educados en el
marco, permanente y sin discusión, del nacional-secesionismo).
De los
votantes, el 91,7% se inclinaron por retirar la bandera. Es decir, que
aproximadamente un 33% de los vecinos de más de 16 años votaron a favor
de la retirada de la bandera. Pues ya está, ya es suficiente.
Este es un
ejemplo, entre cien más, del “radicalismo democrático” del secesionismo
catalana. Recuerdo de nuevo que, en su día, David Fernández señaló que
en asuntos independentistas un buen porcentaje era el 55%. Ahora, con 22
puntos menos, un 40%, ya es suficiente. (...)" ( Salvador López Arnal , Rebelión, 04/02/17)
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