"Son los catalanes de segunda.
Se lo han hecho saber de muchas
maneras. Su opinión no cuenta. En Cataluña mandan los auténticos
catalanes, sean de izquierdas o derechas. Y los auténticos catalanes no
se sienten españoles.
Son invisibles para los medios de
comunicación autóctonos. Si por casualidad consiguen hacerse un hueco,
se les presenta con un rostro anticatalán y antidemocrático
Son
una anomalía histórica, demográfica y cultural, invasores o traidores,
“xarnegos” o “botiflers”. No son parte del pueblo catalán sino el
“adversario del pueblo catalán”; no votan y apoyan a fuerzas políticas
que “son de” Cataluña, sino que “están en” Cataluña. Son un obstáculo
para el destino manifiesto de Cataluña, para que ésta recupere sus
libertades y su esplendor.
Son invisibles para los medios de
comunicación autóctonos. Si por casualidad consiguen hacerse un hueco,
se les presenta con un rostro anticatalán y antidemocrático. Son los
“fachas”, y los humoristas los dibujan con gafas oscuras y banderas con
el águila de San Juan.
Las instituciones los ignoran. Ni las
administraciones, ni los sindicatos, ni las patronales, ni las cámaras
de comercio, ni los colegios profesionales, ni los clubes deportivos, ni
las asociaciones de todo tipo los representan. Si voluntaria o
forzosamente colaboran económicamente con alguna de ellas, no tienen los
mismos derechos que otros contribuyentes. No forman parte de la
“sociedad civil”.
Sus símbolos, los que comparten con el resto de los españoles, no tienen cabida en Cataluña
Son
peligrosos para la cohesión social. Se empeñan en sostener polémicas
absurdas sobre la lengua y la educación. ¿De qué se quejan? ¡Bastante se
habla ya el español en la televisión! ¡Demasiado se habla en la calle, y
en los patios de los colegios! ¿Acaso quieren segregar a los niños,
negarles la posibilidad de “integración” que el sistema les ofrece?
Sus
símbolos, los que comparten con el resto de los españoles, no tienen
cabida en Cataluña. Su himno, su bandera… es natural que sean objeto de
burlas y humillaciones, reacciones “espontáneas” de los verdaderos
catalanes en uso de su “libertad de expresión”.
No faltan ejemplos de conversos que han llegado lejos gracias a la adopción de la fe nacionalista
Los
llaman “colaboracionistas” y “quintacolumnistas”. Pero la realidad es
que el Estado español nunca ha organizado un movimiento de “resistencia”
en Cataluña. Muchos políticos españoles tampoco los consideran
catalanes de verdad: cuando hablan de dialogar con “Cataluña”, de lo que
ésta “quiere” o “pide” no piensan en ellos. Los tratan como un puñado
de votos, un instrumento de presión desechable, moneda de cambio, carne
de cañón.
¿Deberían aceptar las cosas como son? No faltan ejemplos
de conversos que han llegado lejos gracias a la adopción de la fe
nacionalista, y que disfrutan de los privilegios de formar parte de la
Cataluña oficial… Pero no se resignan, no quieren pasar por el aro. Son
obstinados.
Son la mayor esperanza para la libertad en Cataluña." (Juan F. Arza, Vox populi, 08/02/17)
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