20/12/16

El nacionalismo es la única ideología de otros tiempos que ha sobrevivido, probablemente porque es la más imbécil

"(...) — La lectura de su tesis deja alguna víscera encogida: ¿Tan negro ve el panorama?

Hombre, la cosa no pinta muy bien. El brexit, Trump, la eternización del PP por culpa de una oposición lamentable… Es como si tuviéramos prisa por llegar a las manos, como si echáramos de menos una guerra mundial…

— Dice usted que la idiotización creciente de la sociedad española procede de la funesta moda de la corrección política: producto USA por excelencia.

La corrección política empieza bien: no podemos ir por ahí llamando a la gente “negro de mierda” o “maricón chupapollas”. Pero de ahí a vivir en el reino del eufemismo hay un largo trecho que no hacía falta recorrer. Yo no soy un hombre de visión alternativa, soy un cegato, ¡joder!

— Parecía imposible, cuando se empezó a decir “empleada de hogar” por asistenta, “persona con dificultad visual” por ciego o “movilidad limitada” por cojera, que se iba a llegar a aceptar elefante como animal de compañía o que Cataluña (y ahora también Andalucía) es una nación.

El nacionalismo es la única ideología de otros tiempos que ha sobrevivido, probablemente porque es la más imbécil. Es fácil de entender: nosotros somos estupendos y nuestros vecinos, unos cabrones. Lo que nos sale bien es porque somos de traca; lo que nos sale mal, porque el vecino nos tiene manía. El nacionalismo es un chollo, es el paraíso del imbécil.

— Una vez que implanta la corrección política en todo el mundo, va EEUU y elige a Trump… Quien, por cierto cree en la idiocracia y de ella se ha valido para llegar a presidente.

Es incomprensible que semejante tarugo haya llegado a la Casa Blanca. ¡Y ya le han dado los códigos nucleares! Eso es como darle un AK47 a un crío de diez años.

— Teresa May, a premier británica; Boris Johnson, el exalcalde londinense… tampoco se quedan cortos.

La actitud británica ante el mundo cada día resulta más ridícula.

— Por otra parte, en España a menudo se confunde el hablar claro con el insultar, ¿por qué será?

Por burricie y falta de argumentos.

— ¿Qué es eso del síndrome Puerto Hurraco?

Nuestra tendencia legendaria a eliminar a todo el que no está de acuerdo con nosotros. Franco es un claro ejemplo de esa tendencia. Y los nacionalistas en general.  (...)

— ¿Cuánto le paga usted a su guardaespaldas?

Nadie me odia tanto como para tener que temer por mi vida. Estoy más acostumbrado al ninguneo, al “usted no existe y su libro nunca se publicó”.

— ¿Qué podría hacerle callar?

Amenazas de muerte que no se producirán porque, como ya he dicho, yo no existo y mis últimos libros, los dos sobre el nacionalismo catalán y probablemente éste, nunca se han publicado. (...)"       (Ramón de España, Cuarto Poder, 28/11/16)

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