16/12/16

Ahora ha tocado sumarse a esa actividad de alto riesgo que es trabajar el Día de la Constitución. Puestos, ¿no hubiera sido más rompedor —y coherente con una posición de izquierdas— declararse insumiso a la Inmaculada Concepción?

"(...) la nación sea pura abstracción no nos ahorra las identidades nacionales con sus correspondientes nacionalismos, fieles y, claro está, las consecuencias que se derivan de todo ello. 

En esas, pareció por momentos que nuestra nueva izquierda sería capaz de actuar en este terreno con cierta laicidad, pero está visto que no hay manera. 

En parte, se entiende porque quienes adjudican carnets de auténticos patriotas (españoles o catalanes, lo mismo da) son implacables con los tibios, los indiferentes o los ateos. Sobran los ejemplos.

Así que de vez en cuando hay que hacer gestos que nos pongan a salvo. No somos independentistas, pero votamos sí-sí el 9-N o acudimos a una manifestación que lo es inequívocamente, no vaya a ser que nos signifiquemos demasiado. 

Ahora ha tocado sumarse a esa actividad de alto riesgo que es trabajar el Día de la Constitución. Gerardo Pisarello nos informó de su compromiso y luego, efectivamente, cumplió con su temerario desafío al Estado. 

Aún impresionado por su hazaña, sigo preguntándome por las razones de la misma, porque, ya puestos, ¿no hubiera sido más rompedor —y coherente con una posición de izquierdas— declararse insumiso a la Inmaculada Concepción? Pero ¡ah, amigos! ¿Cómo dejar pasar la ocasión de mostrar lo que opinamos de este Estado? (por español, claro).  (...)"              (Francisco Morente es profesor de Historia Contemporánea en la UAB, El País. 10 de diciembre de 2016)


No hay comentarios: