"(...) En las primeras páginas de esa agenda están los asuntos económicos,
singularmente los que atañen a la privilegiada financiación de las
haciendas forales, fruto de una singular lectura del Concierto económico
según la cual se hace una retorcida y falsificadora aplicación de su
metodología para el cálculo del Cupo vasco.
La historia
ha mostrado, desde 1877, la tenacidad de los vascos para pagar lo menos
posible al Estado por los servicios que éste presta en su territorio,
así como su éxito al lograrlo. Por cierto que, en esto, vascos y
navarros son iguales, aunque en las últimas décadas los del viejo reino
se hayan agazapado detrás de los nacionalistas para reclamar siempre lo
mismo que se les ha dado a ellos.
Y como puede verse en el gráfico que
acompaña a estas páginas, los tiempos recientes no han sido para menos.
En efecto, en los siete años anteriores a la crisis, el Cupo vasco se
cifró en un promedio algo mayor de 1.300 millones de euros anuales.
Y
esta cuantía se redujo en más de un cuarenta por ciento, hasta 778
millones, en los siete años siguientes. Las medias para Navarra son,
respectivamente, de 546 y 442 millones de euros, de manera que la rebaja
se quedó en sólo un veinte por ciento.
Pero en esos datos no se contemplan las reclamaciones que, de manera
reiterada, han presentado las Diputaciones Forales por su disconformidad
con la liquidación presentada por el Estado, debida tanto al cálculo
del IVA y los impuestos especiales como a la valoración de las
competencias educativas, sanitarias y de dependencia.
Total, que en la
cuenta vasca faltan 1.400 millones según los tesoreros de allende el
Ebro, quienes al parecer quieren dejar el Cupo en una cifra similar a la
pagada por Navarra por su Aportación. Y esos millones van a estar en el
preámbulo de la negociación presupuestaria entre Rajoy y el PNV. El pufo vasco ataca con renovada energía. (...)" (Mikel Buesa, LIBERTAD DIGITAL 07/11/16, en Caffe Reggio, 07/11/16)
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