8/11/16

El Consejo de Europa obligó a dar marcha al Gobierno de Varsovia porque la decisión de Tribunal Constitucional polaco debe ser respetada. Esta es, guste o no a los independentistas catalanes, la realidad internacional

"(...) Algunos independentistas se frotan las manos pensando que con tal posicionamiento de Rajoy podrán hacer avanzar el soberanismo mediante enfrentamientos con el Gobierno central desobedeciendo, incluso, las sentencias del por ellos cuestionado Tribunal Constitucional y las presumibles inhabilitaciones que se irán produciendo si determinados líderes del independentismo catalán perseveran en sus actitudes de desobediencia a las leyes y al no respeto a la normativa vigente, alegando que hay mucha gente (no se sabe cuánta) que quiere la independencia de Catalunya y que ello está por encima de la legalidad que el Tribunal Constitucional y el Gobierno defienden para mantener el estado de derecho.

Pero la cosa no va por ahí. El Gobierno británico acaba de perder su contencioso ante la Alta Corte británica respecto a solicitar el brexit sin respetar la European Communities Act de 1972 de rango constitucional y no hace mucho que el Tribunal Constitucional polaco declaró inconstitucional una ley propuesta por el Parlamento y el Gobierno polaco controlados por los nacionalistas. 

Ante tal desobediencia, el Consejo de Europa –a través de su Comisión de Venecia para la Democracia a Través del Derecho– les obligó a dar marcha atrás recordando al Gobierno de Varsovia que la decisión del Tribunal Constitucional debe ser respetada para evitar que el Gobierno pueda cometer arbitrariedades fuera de la Constitución por mucho que tenga mayoría parlamentaria.

Esta es, guste o no a los independentistas catalanes, la realidad internacional que existe y que no puede obviarse por mucho que el Diplocat busque alianzas con diputados de ultraderechas en el Parlamento finlandés o por mucho que el Govern y el Parlament piensen que la independencia de Catalunya va a ser apoyada internacionalmente en contra de lo que dice la Constitución de la que nos dotamos democráticamente.

Las Constituciones pueden cambiarse por los procedimientos legales existentes, ¡ como no!, pero la legalidad constitucional –defendida por el Tribunal Constitucional– está por encima de los deseos de quienes quieran imponer, aunque sea por procedimientos pacíficos , su visión particular de Catalunya. (...)"                  ('Independencia, Brexit y Europa', de Francesc Granell, La Vanguardia, en Caffe Reggio, 05/11/16)

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