10/10/16

Si no escribo sobre política catalana no es sólo porque me aburre sino porque no entiendo nada. Lo de Colón sería digno de El Papus...

"(...) Esta sociedad está enferma y una de las primeras cosas que debería hacer es poner un anuncio en los grandes diarios de Buenos Aires solicitando que una mesnada de psicoanalistas (ya tenemos entre nosotros un puñado) se instalaran aquí y trataran de poner la sociedad catalana en relación con la realidad.

¿Alguien que no forme parte del comedero es capaz de entender la situación política catalana? Hay un presidente de la Generalitat que se presenta en las listas en el puesto 4, para ser sustituido por un alcalde de Girona, que va de uno. Pierden las elecciones y aún no sé qué carajo hace el 4 y aún menos el 1, o el 2, porque no entiendo si el beato Junqueras es quien tiene el poder o lo es el 1. 

Tenemos de presidenta del Parlament a una especie de teresiana señorita, cuyos conocimientos y experiencia política me desconciertan como si entrara en una guardería. Los aliados del poder, no sé cual, pero el que aparece en los papeles, es una colla denominada CUP, la izquierda más radical, aseguran, que proponen derribar el monumento a Colón. La otra izquierda, que no sé ni cómo se llama últimamente, quiere un referéndum.

Hay más. El partido que rigió los destinos de este país durante veintimuchos años decidió ser independentista, abandonar a sus socios, que eran como una pareja de amantes mal avenidos pero que disfrutaban del mismo patrimonio, que es de lo que se trata. Rompen el trato, y se cambian de nombre, pero no saben cuál ponerle y al inventarse se encuentran que ya está registrado y añaden “europeo”, como quien pone “viva Cartagena”.

Si no escribo sobre política catalana no es sólo porque me aburre sino porque no entiendo nada. Lo de Colón sería digno de El Papus y un homenaje a Pérez Andújar. Lo de la teresiana señorita y el partido que busca nombre es digno de Jardiel Poncela. Solicito a TV3, que debería ser un servicio público, pero no como los váteres de antaño, dedicara unos minutos, entre lambetada y lambetada a los jefes, para explicar a los legos que no estamos en la pomada quién es quién.

Me he perdido. Creía que tenía suficiente con la tormenta en vaso de agua de la política madrileña, pero eso lo entiende cualquier analfabeto. No hay personaje más simple que Rajoy, que sería capaz de matar de aburrimiento incluso a un avezado psicoanalista porteño. Por eso considero que el pregón de la Mercè de Javier Pérez Andújar es un prodigio de claridad y de tristeza. 

Ya no tenemos tebeos, los viejos autores de nombres exóticos, recién salidos de la cárcel por rojos y que escribían novelas de vaqueros o policíacas, están muertos o fuera de onda. ¿Qué hacemos, mentes privilegiadas? Nos queda escribir de gastronomía o instruir sobre la ensaladilla rusa (que nunca fue rusa). 

 Hay algo en lo que estamos peor que durante el franquismo. Y es que entonces pensábamos que todo iba a cambiar cuando lo derribáramos. ¿Usted cree que si tuviera hijos en edad de formarse les metería en una de las escuelas de fútbol que llenan la ciudad? Antaño había escuelas de música, de dibujo, de danza, incluso de artes marciales… ¡pero una escuela de fútbol! Primera lección, el balón es redondo. 200 euros."                   (Revista de prensa, 01/Oct/2016, Gregorio Morán, La Vanguardia)

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