11/10/16

Los asesinados en el Camp de la Bota fueron fusilados por el fascismo... no lo fueron por ser catalanes, sino por ser de la Anti-España

"El historiador Joan B. Culla publicó el pasado viernes en El País -Cataluña  un artículo en el que criticaba un escrito del profesor Francisco Morente, crítico a su vez de u na nota anterior de Culla sobre la guerra civil y Cataluña. Nadie mejor que el también historiador de la UAB para responder a esta última crítica de Culla. Por mi parte, m e limito a tres observaciones: 

1. Pues bien, escribe Culla, “insisto (y lo hago sin mensajes implícitos, ni subtextos): los militares golpistas del verano de 1936 (ellos, no 'España') libraron su guerra 'de Liberación' contra la especificidad catalana”, contra sus múltiples expresiones y matices: “el catalanismo 'fenicio' y 'plutocrático' (los miembros de la Lliga ralliés a Franco tuvieron mucho que expiar, y nunca dejaron de ser sospechosos), el 'separatismo' de Esquerra, el revolucionarismo de libertarios y comunistas —que, durante la guerra, habían rivalizado a tiros—, etcétera”.

 En el Camp o de la Bota, recuerda Culla, “cayeron, indistintamente, castellanohablantes y catalanohablantes, miembros de la CNT y del PSUC, nacionalistas de Esquerra y gente cuya única patria era la humanidad. Pero, para el franquismo, todos eran enemigos, todos habían surgido de aquella Cataluña dotada de una personalidad específica y, por consiguiente, todos representaban 'la Anti-España'. Junto con los 'rojos' del resto del Estado, claro”. 

Dejando aparte la curiosa referencia (un pelín exculpatoria) a la Lliga y el comentario, innecesario en mi opinión, a las rivalidades entre el PSUC y la CNT, los asesinados en el Camp de la Bota no cayeron, sino que fueron fusilados por el fascismo. No hay diferencias con Culla en este nudo. 

Pero, eso sí, conviene señalar que muchos de los asesinados, mi abuelo entre ellos, unos 1.800 en total hasta 1953, no lo fueron por ser catalanes o por «haber surgido de aquella Cataluña con personalidad específica» sino, en su caso y a no ser que consideremos que toda colectividad humana tiene su personalidad específica, por ser militante de la CNT, por ser miembro de una organización anarcosindicalista que, como es sabido, no fue secesionista ni nacionalista. 

Por ser parte, como señala el propio Culla, de la Anti-España. De hecho, también como él mismo indica, la Cataluña republicana formaba parte de la España republicana, de la anti-España, y esta España democrática, popular y republicana, todo ella, fue el objetivo a destruir por parte del fascismo.

 Eso no quita, por supuesto, que el triunfo del fascismo también supusiera un ataque infame y despiadado a la lengua y la cultura catalana, como ocurrió en el caso de Euskadi y Galicia o de otras comunidades españolas. 

2. La referencia posterior de Culla al discurso de Franco de 1944 desmiente en mi opinión su observación anterior. Su reflexión: “No sé si el profesor Morente conoce aquella frase de un discurso de Franco de 1944 en la que habla de la conveniencia de descongestionar las grandes y peligrosas concentraciones industriales de Barcelona y Vizcaya”. 

Aunque tal idea no llegara a ejecutarse, prosigue Culla, “resulta sintomática de la actitud profunda del régimen con respecto a los dos territorios, Cataluña y el País Vasco, que presentaban sendas identidades específicas percibidas como antagónicas respecto a la idea y el proyecto de España que la dictadura encarnaba”.

Como es evidente, la actitud del Régimen fascista en este punto no tiene nada que ver con las sendas identidades específicas que el historiador de la UAB indica sino con la propia arista señalada por el dictador golpista: las concentraciones industriales, la clase obrera que, en aquellos momentos, se ubicaba fundamentalmente, aunque no únicamente, en Barcelona y en Vizcaya.

 No hay ninguna duda de que el fascismo español (sin exclusiones en este caso), fue un Régimen político fuertemente anti-obrero y antipopular que arremetió salvajamente, torturas y asesinados incluidos, contra el conjunto de la clase obrera española (con el apoyo entusiasta de las burguesías respectivas) y no porque “las concentraciones industriales” de Cataluña y País Vasco representaran identidades específicas antagónicas al Régimen franquista.

 Culla parece querer transformar aquí lo que fue una guerra y un Régimen contra la clase obrera (además de muchas otras cosas) en un Régimen contra las naciones o nacionalidades españolas.  (...)"        ( Salvador López Arnal  , Rebelión, 12/09/16) 

No hay comentarios: