5/8/16

Por qué Escocia y Cataluña no se independizarán

"Como cualquier otro movimiento sísmico, el voto de Reino Unido en favor de abandonar la Unión Europea comienza a hacer visibles nuevas grietas y a generar olas que avisan de la llegada de un tsunami que convertirá las predicciones actuales en terreno abonado para la imaginación, ya que multitud de variables imprevisibles afectarán también a otros países.

Una de estas variables afecta a la existencia misma de alguno de los Estados directamente implicados. ¿Se mantendrá, valga la redundancia, unido el Reino Unido, o será la independencia de Escocia y su permanencia en la UE una de las consecuencias del Brexit? ¿Se mantendrá unido el Reino de España, o también Cataluña conseguirá alcanzar su independencia? (...) 

La respuesta preferida de la UE a la mayoría de las crisis, "apañárselas como sea", no será una opción posible en este caso, como tampoco lo será la fantasía de estar al mismo tiempo en misa y repicando como se les prometió a los británicos, es decir, obtener todos los beneficios de la UE y no estar sujeto a ninguna de sus obligaciones.  (...)

En el fondo, solo hay dos opciones y ninguna es buena: aceptar aranceles al comercio con la UE según las reglas de la OMC, lo que perjudicaría cerca de la mitad del comercio británico y desvirtuaría a Londres como centro financiero, o aceptar las reglas de la UE sin tener voz sobre el contenido de las mismas. 

Entretanto, el Reino Unido tiene que llegar a nuevos acuerdos con el resto del mundo sobre comercio, actividades comerciales transfronterizas, regulaciones financieras, etc., que reemplacen los que tenía con la UE y compensen por el abandono de estos. 

Asimismo, el parlamento tendrá que reescribir la ley para eliminar todo lo que la UE había modificado, remodelar los últimos 60 años de legislación y renovar los 12.295 reglamentos que la UE había integrado en la ley británica. Un sueño jeffersoniano, pero a lo loco.

Sin duda una tarea colosal, desmoralizante y abrumadora cuyas secuelas tensarán al máximo el ya desgastado deseo de Escocia de permanecer en el Reino Unido.
 (...)

Aunque una cosa es segura, cuanto mayor sea la pérdida de acceso al mercado europeo, mayor será seguramente el aumento del 45% de escoceses que votaron por la independencia en 2014 y que buscarán recuperarlo. 

Aunque no se trata de un intercambio fácil, ya que Escocia vende más al Reino Unido que a Europa y el libre acceso al mercado británico del que dispone ahora mismo se verá en peligro, sobre todo si Escocia no es aceptada como miembro de la UE y no forma parte de los nuevos acuerdos que se establezcan con el Reino Unido, si es que se producen.

Sin embargo, las posibilidades de que Cataluña sea independiente se han visto reducidas a causa de la confirmación de España como miembro de confianza de la UE, que los otros miembros evitarán presionar para que acepte un referéndum de independencia catalán, lo único en lo que se basaba la estrategia catalana hasta ahora.

 Es un giro irónico, ya que el miedo disuasorio que generarán las negociaciones del Brexit es probable que asuste tanto a los escoceses como a los catalanes y que se resignen a aceptar el statu quo para evitar los riesgos y las incertidumbres que provoque la independencia, ya sea de esta mutuo acuerdo o no.

El referéndum sobre el Brexit daba a elegir entre dos opciones muy claras: permanecer en la UE de acuerdo con las reglas conocidas y existentes, o abandonarla en favor de una alternativa sin especificar que no se podía prever.

Si la elección de los británicos a todas estos imprevistos e incógnitas acaba fracasando como parece ahora mismo, no es probable que los escoceses y los catalanes vean reforzado su interés en romper las relaciones con el Reino Unido y España, sobre todo a causa del creciente temor que genera el miedo a perder el libre acceso a los mercados del que disfrutan ahora mismo.

A veces, las razones ideológicas, nacionalistas o los deseos de libertad superan a las razones económicas. Es lo que ha sucedido en el Reino Unido, aunque queda por ver todavía si Escocia y Cataluña poseen la tenacidad necesaria para superar los miedos que desencadenarán las secuelas del Brexit, dado que la salida tiene un precio.

Se acabaron muchas de las ilusiones que definían a la independencia como un paseo. Escocia y Cataluña no pueden estar en misa y repicando, como todo el mundo comprenderá después de ver lo que sin duda sucederá con el Brexit.

Hace falta tomar una decisión y no será una decisión agradable, sea la que sea."             (Alfons López Tena, CTXT, 03/08/16)

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