"(...) El mano derecha de Colau en Barcelona dijo que él votó sí-sí
en la consulta del 9N y que en anteriores elecciones había votado a
partidos independentistas. Pisarello concluyó que es fundamental la
movilización social para construir una república catalana, porque el
Estado y la UE no querrán pactar”.
Es evidente, como han podido
comprobar, la coincidencia sin fisuras de una de las máximas figuras de
Barcelona en comú y de la CUP. ¿Está claro qué es la i, quiénes la
defienden y a quiénes hemos votado y apoyado en la ciudad de Barcelona
muchos de nosotros y nosotras?
¿Nos han tomado el pelo otra vez o no nos
han tomado el pelo y sabíamos muy bien lo que hacíamos? Nos lo han
tomado, efectivamente, y algunos, yo en lugar destacado, soy
absolutamente estúpido en temáticas políticas. ¿La última vez? ¿De
verdad que será la última?
Conviene recordar esta reflexión del
profesor Manuel Cruz sobre el voto Sí-Sí (Ada Colau, Lluís F. Rabell,
Gerardo Pisarello) que he extraído de su último libro, el citado
anteriormente
“Para justificar esa llamativa disonancia ente
convicciones políticas y voto planteaban argumentos de una más que
dudosa consistencia.
Porque afirmar cosas tales como que “fue la
prepotencia y la arrogancia del PP” la que hizo que alguien que no se
considera ni nacionalista ni independentista votara independencia el 9-N
tiene la misma consistencia argumentativa que si una persona que se
reclama de izquierdas afirmara que, aunque no es ni de derechas, ni
neoliberal, ni españolista, ni católico, ni cosa parecida, votó a Rajoy
para castigar a Zapatero por su desafortunada gestión de la crisis.
Las
risas de quienes realmente están en la izquierda se iban a oír hasta en
Honolulu.” (...)" (Salvador López Arnal, Rebelión, 19/03/16)
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