"(...) O sea que las clases medias y altas del nacionalismo catalán se han
puesto en manos de Junqueras, Otegi y Gabriel, una vez que CiU, ahora
disfrazada de DiL para huir de los escándalos del 3% de comisión, le ha
encargado al president Puigdemont estas nuevas alianzas para avanzar
todos juntos en pos de la independencia de Cataluña, para marcharse de
España y de la Unión Europea que es lo que le falta al nacionalismo
burgués catalán para completar su asombroso suicidio colectivo.
El que puede llegar antes de lo que ellos imaginan porque una vez
visto lo que ocurre con los Presupuestos catalanes puede que Puigdemont
tenga que convocar otras nuevas elecciones -en todas partes cuecen
habas- que serían las enésimas en los últimos cinco años y en las que
por fin Oriol Junqueras sería el triunfador de una larga carrera en la
que le han llevado -a él y a ERC- en volandas los máximos dirigentes de
CiU y el PSC.
¡Que divertido! El llamado nacionalismo moderado catalán en brazos de
Otegui, con Junqueras de presidente, la tribu de Anna Gabriel luchando
contra el sistema y las oligarquías, y con CiU en los tribunales por
desafío a la legalidad o por la corrupción.
Es cierto que la Justicia española, o los que mandan en ella, no se
atreven con los Pujol a los que no le tocan un pelo ni se les ponen
medidas cautelares o preventivas, a pesar de todo lo que se ha sabido de
sus casos de corrupción, y de lo que el propio Jordi Pujol confesó
sobre su fortuna en Andorra una vez que el fisco español estaba sobre
sus talones.
¿Cuál es la causa del trato de favor a los Pujol? No se sabe si se
quiere evitar un efecto político negativo en Cataluña o si Jordi tiene
secretos de Estado para amenazar al Estado, una vez que dijo aquello de
que si se movían las ramas de su árbol se podían caer muchos nidos.
En todo caso Pujol acabó muy mal, o está en ello. Y por otros
derroteros su pupilo Artur Mas también ha salido trasquilado de la
primera línea política, tras fracasar su intento demencial de secesión
catalana y en su referéndum que nunca existió ni existirá.
Pero antes de
irse a su casa Artur Mas, jaleado por los Pujol, metió a CiU y amplios
sectores de la burguesía catalana en el disparate del independentismo.
Una ratonera donde este importante sector de clases medias y altas
nacionalistas se ha sumergido camino y en las peores compañías.
Y ahí están y ahí siguen como si todo esto fuera lo normal y algo muy
natural y sin importancia, mientras el gobierno de la Generalitat está
en quiebra y los inversores internacionales huyen de Cataluña. Todos
ellos jugando a la normalidad y con su nuevo fichaje, Otegi, al frente
de la procesión. Muy bonito, ¿hasta cuando? Hasta que alguien con
sentido común rompa la impostura y denuncie esta demencial situación.(...)" (República.com, 18/05/16)
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