"(...) Hace pocos días Urkullu manifestaba solemnemente que el Concierto no
es un privilegio. El Concierto Económico es un privilegio y él lo sabe.
Como lo sabe todo el mundo, incluidos los que junto a Rivera
desafinarían en opinión del Sr. Marco- Gardoqui.
Desde quien fuera
Diputado General de Alava como Emilio Guevara, o el Exconsejero de
Cultura del Gobierno Vasco Joseba Arregui, o el cualificado analista
Ruiz-Soroa, o catedráticos en Derecho Constitucional como Javier
Corcuera o López Basaguren, pasando por expertos analistas económicos en
esta materia como Ángel La Fuente o Mikel Buesa…. El listado sería muy
ampliable. Sin entrar en el listado de políticos en la “reserva” y en
activo.
Anécdota. Cuando terminó la negociación de cómo abordar los gastos de
la Ertzaintza, el político responsable del PNV entonces, preguntó a los
expertos contables que le acompañaban cómo era el acuerdo de positivo
para ellos y su gestión. Respuesta: “Qué si es positivo? Como si queréis
comprarles las porras y los uniformes en Loewe”.
Ya el primer análisis
comparativo que el entonces Delegado del Gobierno, Juan Manuel
Eguiagaray, realizó para establecer un marco comparativo salarial entre
el funcionariado central, autonómico, local y foral, dejando el abanico
más variable, que era el local por convenios más dispares, la diferencia
salarial entonces oscilaba entre uno y tres, a favor de lo autonómico y
sobre todo el foral.
Ya no corren los tiempos en los que la “discriminación positiva” que
suponían “los fueros” que eximía a territorios que eran pobres en
recursos y de escasa población de los impuestos y la leva. Actualmente
se viven situaciones estrambóticas en ciertas zonas de España, incluso
en la misma provincia que alteran las relaciones familiares, por ejemplo
a la hora de la herencia, por disparatadas normas fuera del tiempo y de
la realidad, que por otra parte la población suele desconocer, a cuenta
de normativas forales.
No es casual que cuando todo el mundo europeo, entre otras razones
obvias de eficacia de gestión, se atienda a la mancomunidad de servicios
y el aligeramiento de la burocracia administrativa, sea en la Comunidad
Autónoma Vasca (más bien Confederación Autonómica Vasca) el único lugar
del mundo moderno donde se alimentan las políticas de segregación
municipal.
¿Por qué? Porque alimenta la inflación institucional, porque
estructura mayor poder clientelar del nacionalismo en las diputaciones y
condiciona los presupuestos del Gobierno Vasco desde las haciendas
provinciales y de quien coyunturalmente negocie con ellos.
La evidencia del privilegio, que se muestra en datos comparativos del
presupuesto por habitante, el nivel de deuda a pesar de la poca
restricción de presupuestos públicos, la no amortización ni de jubilados
en la red educativa, la enorme subvención del transporte público, la
inflación de instituciones y empresas públicas para dos millones de
personas, el que en doce años y estando impecable levanten dos veces El
Arenal, las mejores aceras de el mundo,etc.etc. se debe al Concierto
Económico y las sin duda alguna desajustadas cuentas del Cupo, casi
siempre condicionado a las presiones políticas. Otra cosa es que el
privilegio se gestione aparentemente “más socializado”, pero es
privilegio y Urcullu y el Sr. Marco-Gardoqui lo saben.
La política de lo que “nos favorece” por encima de lo “que es justo”
alimenta desgraciadamente las posiciones de los partidos “tradicionales”
(nunca mejor lo de tradicionales que en estos asuntos).
El egoísmo
defendido desde un discurso escondidamente falsario, donde lo que se
desafina de verdad es en los valores democráticos de igualdad de la
ciudadanía. Se dice que la política es buena o es mala. No vieja o
nueva. Pero las posiciones ante las llamadas leyes forales y el
Concierto Económico evidencian que también hay políticas viejas
(PNV,PSE,PP) y nuevas (UPyD, CIUDADANOS) .
En política no siempre gana quien se apoya en la razón. Pero alguien
debe defenderla, sin alharacas y aspavientos, con razonabilidad,
sabiendo que cuando el soporte de lo viejo tiene amparo jurídico y
constitucional, hay que tratarlo con tranquilidad y responsabilidad
política, para ir superándolo. Pero no ayuda a la honestidad intelectual
del debate y el discurso razonable los argumentos que, incluso el que
los utiliza, sabe que son simplemente falsos." (JAVIER ELORRIETA – FUNDACIÓN PARA LA LIBERTAD – 11/12/15)
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