23/11/15

La base social de la CUP está formada fundamentalmente por la juventud de las clases medias catalano-parlantes que la crisis ha dejado sin perspectivas y en vías de proletarización.

"(...) El endiablado resultado electoral otorga a la CUP la llave de la gobernabilidad de Cataluña y del proceso soberanista. La base social de la izquierda independentista está formada fundamentalmente por la juventud de las clases medias catalano-parlantes que la crisis ha dejado sin perspectivas y en vías de proletarización.

La CUP se halla atravesada por una contradicción insoluble. En el eje social plantea un programa anticapitalista radical que les aleja de las clases medias convergentes y que busca la im- plantación entre las clases trabajadoras del país.

Sin embargo, en el eje nacional, propugna un independentismo igualmente radical que aboga por la creación de un Estado en el ámbito de los Països Catalans que les separa de la clase trabajadora de ori- gen inmigrante que rechaza la secesión y que, como se ha visto el 27S, se ha decantado por C’s.

Esta contradicción se traslada al interior de la formación en torno a dos sectores: el articulado en torno al antiguo Moviment de Defensa de la Terra (MDT), ahora Poble Lliure, donde opera el vector nacionalista, y el sector Endavant donde domina la cuestión social.

Estos comicios han sacado a la de cierta marginalidad política y les ha otorgado un papel decisivo en la política catalana, pero con un elevado riesgo de podría conducirles al estallido. En efecto, uno de los ejes de su campaña fue el reiterado compromiso de no investir a Artur Mas.

Si hacen honor a este compromiso se enfrentarían con todo el peso del potente aparato mediático convergente que les acusaría de hacer el juego al españolismo, al provocar la convocatoria de nuevas elecciones y poner en peligro el proceso soberanista. Si, por el contrario, ceden a las exigencias de Junts pel Sí que, en ningún caso están dispuestos a renunciar al liderazgo de Mas, serían acusados de comportarse como los demás partidos y de plegarse, como ERC, al chantaje de Convergència.

En cualquiera de las dos opciones se pone en peligro la cohesión interna de la formación que podría estallar en dos pedazos, profundizando en el estallido del sistema de partidos catalán. (...)"

(A. Santamaría: 27S Entre el empate infinito y la ingobernabilidad (publicado en El Viejo Topo nov. 2015), en Armando Fernández Steinko, 03/11/15)

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