17/9/15

¿Perderemos la nacionalidad española? Rotundamente, sí...

"Rotundamente, sí. Creo que aún se ríe el periodista del programa 'Hard Talk' de la BBC Stephan Sackur cuando, hacia el minuto 10 de su entrevista a Raül Romeva, éste vino a decir algo así como que "la independencia hay que verla desde dos prismas: por un lado el territorio, que será independiente, y por otro los ciudadanos, que seguiremos siendo españoles".

Claro, los letones, por citar un ejemplo, ¿cuando se separaron de la Gran madre Rusia seguían siendo rusos? ¿Y los sudaneses del sur se independizaron pero eran sudaneses aún? Más atrás, ¿los americanos eran ingleses? Y, al final, ¿todos somos romanos?

Volviendo a Letonia. Allí existe lo que se ha llegado a llamar "la democracia étnica". A los ciudadanos de Letonia, establecidos o incluso nacidos en Letonia entre 1939 y 1991, se les negó la ciudadanía letona. Curiosamente sí pudieron votar la independencia de Letonia en sus elecciones. Luego, literalmente engañados y tirados.

Hasta la organización independentista Cercle Català de Negocis (CNN) --de la que podemos dudar de su mínima inteligencia, y prueba es lo escrito-- lo dice sin tapujos en su web: "Normalmente se entiende que la nacionalidad es el vínculo jurídico entre una persona y un Estado. Por lo tanto, cualquier proceso de secesión supone el fin de este vínculo". Es decir una independencia de Cataluña significa romper el vínculo jurídico de sus personas con España.

Demos cifras para lo tres tipos de situaciones previstas. La primera: aquellos nacidos en Cataluña que automáticamente, como en cualquier proceso de secesión, pasarían a ser exclusivamente catalanes --a día de hoy no existe ningún convenio entre Cataluña y España--. Son cerca de 5 millones. Por otro lado, los nacidos en España, cerca de 1.300.000, que obviamente seguirían siendo españoles. 

Como es lógico, viviendo en un país extranjero, expuestos a sus normas y leyes. Por último, el conjunto de extranjeros, alrededor de 1.200.000 personas. Estos tendrían una dinámica, podríamos decir, curiosa. Disponen de un NIE y permiso de residencia español con el cual sólo pueden trabajar en España, pero no en Cataluña. A buenos entendedores, pocas palabras. (...)

En unas nuevas elecciones en unos meses, señaladas ya por Artur Mas, en una Cataluña independiente sólo podrían votar los ciudadanos catalanes. Todos estaremos de acuerdo que un español no vota en Francia, o un español no vota en Alemania. Por lo que ¿un español votaría en Cataluña?. Parece claro que no. Esto disminuiría no sólo el censo, sino que avanzaría, como el modelo letón, hacia una clara "democracia étnica". Ya no siete millones y medio, sino apenas cinco millones. 

Y hemos considerado el modelo más amplio. Aquel donde el simple hecho de nacer permitiera la nacionalidad catalana. Porque, si nos retrotraemos a modelos bálticos, podríamos incluso pensar en la necesidad de una primera o segunda generación para obtener la nacionalidad.

Y para aquellos fans de la fantasía de la doble nacionalidad podemos volver a la web de los amigos del CCN --donde confirman que son unos incompetentes--: "Los ciudadanos catalanes que quieran conservar la nacionalidad española tendrían que poder hacerlo sin restricciones siempre que se cumplan algún criterio de efectividad (haber nacido, residido, ser descendiente, etc.) según los mecanismos que prevea la ley" (sic del autor, no hay ley ni nada dicho al respecto por Romeva y su lista). Para los ilusos: la primera condición sería haber nacido en el resto de España no en Cataluña.

Pero por si aún piensan encajarse de alguna forma, vuelven a la carga: "Cabe remarcar que tener dos nacionalidades no es sinónimo de tener doble nacionalidad. Para tener doble nacionalidad los dos Estados tendrían que reconocer mutuamente la doble nacionalidad de sus ciudadanos para que puedan ser usadas indistintamente ante cualquier país. 

Por ello, la doble nacionalidad conlleva algunos problemas para Cataluña como, por ejemplo, la falta de ciudadanos nacionales propios para ser reconocida como Estado independiente; o el no tener fuerza ni efectos jurídicos fuera de nuestro país". Blanco y en botella: para tener doble nacionalidad hace falta un acuerdo entre España y Cataluña, pero Cataluña no estará por la labor porque sería ridículo un país sin casi ciudadanos del país.

 En las repúblicas bálticas los ciudadanos, con origen familiar no báltico hasta 1939, fueron vetados con su nacionalidad a pesar de haber votado y apoyado la independencia. Tienen un status legal de 'no ciudadano'. Algo parecido a los inmigrantes con residencia permanente en otros países, pero con la diferencia que no poseen otra nacionalidad. 

No tienen derechos políticos, no pueden asumir cargos en instituciones gubernamentales, no pueden trabajar como abogados, jueces, notarios, o un sinfín mas de profesiones. Pero alguno dirá que Cataluña no es así. Aquí tenemos una lista transversal, todos somos un pueblo. Aunque todos sus candidatos tengas los mismos 'apellidos familiares'. Familiar entre ellos, claro. (...)

A veces pienso que la gente no lee historia, simplemente prefiere creer historias. Mi duda, al final, es sencilla: ¿Tan difícil es explicar las cosas en esta Cataluña que hasta lo básico y elemental no se entiende?"                      (Carles Enric López  , Crónica global, 14/09/2015) 

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