Fotografía criticada por Sardà
"Felicito al ganador, pero ya no soy del Barça. No pasa nada y no creo que a nadie le importe lo más mínimo, pero ya no soy del Barça. Al
ver las imágenes de los cuatro aspirantes a presidente mostrando la
camiseta soberanista junto a los candidatos y representantes de una
opción política determinada, ya no soy del Barça.
No lo soy racionalmente. Cuatro candidatos del Barça fiscalizados por las cámaras y la sociedad civil. Todos con la camiseta por si les faltaba algún voto pero, sobre todo, para quedar bien. Todos en la declinación de la lista de Mas hacia la independencia súbita.
¿Qué pensará un culé votante de la CUP? ¿Y un culé votante socialista o de Ciudadanos? ¿Qué pensará un culé de Podemos o de Iniciativa? Nos parece normal lo que es sencillamente inaceptable.
La señora Muriel Casals es una muy respetable candidata de una opción política concreta y también el señor Jordi Sánchez de una ANC legítimamente independentista, pero la pregunta subsiste: ¿A qué viene su imagen con los cuatro candidatos? ¿A qué viene el compromiso de país y sus especificidades partidistas?
Aquí hay muy poca gente que tenga el valor de decir lo que realmente piensa. Suena casi petulante, ¿verdad? Pues sí, en Cataluña se contemporiza hasta límites inenarrables. Naturalmente no hablo de los que son independentistas, que viven felices en una especie de intensivo Mobile Congress soberanista.
Hablo de los pusilánimes que no se atreven a decir que no lo son. Hablo del canguelo con que mucha gente dice en voz baja que Mas ha hecho un grano gordo y que eso será un desastre. Hablo de los acobardados y sus miedos.
Me refiero a los que casi tapándose la boca aseguran que esto de la independencia es inviable y esperan que no prospere. Hablo del amedrentamiento de los que sintiéndose amenazados por el discurso orgánico deciden callar.
Hablo de los quejicas del AVE y del puente aéreo que anuncian la égida de las empresas catalanas pero sólo en lenguaje gestual. Hablo del silencio público y del murmullo privado.Y así, entre lo que no se dice y lo que se calla, ahora le toca el Barça. Era cuestión de tiempo. Es bastante más fácil denunciar la indignidad de llevar Qatar en la camiseta, que liberar al Barça de la manipulación política catalana. El Barça ha dejado de ser más que un club por ser su club: una pura estructura de Estado.
Entre los cuatro candidatos a la presidencia del Barça, ¿ninguno ha tenido suficiente entendimiento para evitar las imágenes con los representantes de una opción política concreta?
¿Habrían hecho lo mismo con gente del PSC, Ciudadanos, el PP, Unión o Podemos? ¿O es que no es lo mismo? Tal vez no. Quizá tienen razón y aquí sólo hay una lista seria y todo lo demás es morralla apátrida." (Xavier Sardà, El Periódico, 19/07/2015)
No lo soy racionalmente. Cuatro candidatos del Barça fiscalizados por las cámaras y la sociedad civil. Todos con la camiseta por si les faltaba algún voto pero, sobre todo, para quedar bien. Todos en la declinación de la lista de Mas hacia la independencia súbita.
¿Qué pensará un culé votante de la CUP? ¿Y un culé votante socialista o de Ciudadanos? ¿Qué pensará un culé de Podemos o de Iniciativa? Nos parece normal lo que es sencillamente inaceptable.
La señora Muriel Casals es una muy respetable candidata de una opción política concreta y también el señor Jordi Sánchez de una ANC legítimamente independentista, pero la pregunta subsiste: ¿A qué viene su imagen con los cuatro candidatos? ¿A qué viene el compromiso de país y sus especificidades partidistas?
Aquí hay muy poca gente que tenga el valor de decir lo que realmente piensa. Suena casi petulante, ¿verdad? Pues sí, en Cataluña se contemporiza hasta límites inenarrables. Naturalmente no hablo de los que son independentistas, que viven felices en una especie de intensivo Mobile Congress soberanista.
Hablo de los pusilánimes que no se atreven a decir que no lo son. Hablo del canguelo con que mucha gente dice en voz baja que Mas ha hecho un grano gordo y que eso será un desastre. Hablo de los acobardados y sus miedos.
Me refiero a los que casi tapándose la boca aseguran que esto de la independencia es inviable y esperan que no prospere. Hablo del amedrentamiento de los que sintiéndose amenazados por el discurso orgánico deciden callar.
Hablo de los quejicas del AVE y del puente aéreo que anuncian la égida de las empresas catalanas pero sólo en lenguaje gestual. Hablo del silencio público y del murmullo privado.Y así, entre lo que no se dice y lo que se calla, ahora le toca el Barça. Era cuestión de tiempo. Es bastante más fácil denunciar la indignidad de llevar Qatar en la camiseta, que liberar al Barça de la manipulación política catalana. El Barça ha dejado de ser más que un club por ser su club: una pura estructura de Estado.
Entre los cuatro candidatos a la presidencia del Barça, ¿ninguno ha tenido suficiente entendimiento para evitar las imágenes con los representantes de una opción política concreta?
¿Habrían hecho lo mismo con gente del PSC, Ciudadanos, el PP, Unión o Podemos? ¿O es que no es lo mismo? Tal vez no. Quizá tienen razón y aquí sólo hay una lista seria y todo lo demás es morralla apátrida." (Xavier Sardà, El Periódico, 19/07/2015)

No hay comentarios:
Publicar un comentario