15/1/15

Las élites catalanistas saben que no se presentará ocasión como ésta, en la que dominan todos los resortes institucionales, para poner tierra por medio ante la amenaza de la justicia “española”

"(... ) Desde una óptica nacionalista hay, pues, razones para que esas élites catalanistas, apoyadas en sectores de una clase media en crisis, del funcionarizado y de la pequeña burguesía, que demandan un blindaje frente a la competencia del mercado español, se propongan el desenganche de España.

 No es la primera vez. La apuesta secesionista del “derecho a decidir” se ha conocido con anterioridad en el siglo XX bajo otros parámetros pero con características similares. Josep Tarradellas advirtió unas cuantas veces contra tales veleidades, que desembocaron en astracanadas, alguna de ellas cruentas, como las de Macià contra Primo de Rivera, Companys en 1934 y sectores de nacionalistas exiliados en la posguerra “secesionados” del resto del exilio republicano. 

Si, a pesar de fiascos y advertencias, esas élites catalanistas se han decidido volver a embarcarse en el proyecto soberanista de secesión es porque consideran que ahora es la hora (“ara es l´hora”).

Los guías del proceso saben sobradamente, (...) que los catalanes que son potencialmente partidarios de la legalidad estatal y del sistema constitucional español o que se consideran catalanistas no independentistas, son muchos, mayoría. 
Saben también que hay más coincidencias entre los diversos pueblos y ciudades de España, incluyendo Cataluña, que divergencias entre Barcelona, Madrid y Palma, por poner algunos ejemplos.
Por ello, no pueden propugnar que el derecho de autodeterminación, al menos en su vertiente externa, de relación con el resto de España, sea aplicable a Cataluña o a Euskadi. Sobre la vertiente interna del derecho de autodeterminación, la del autogobierno, ya lo disfruta; cuenta con gobierno autónomo propio, con una amplitud de competencias estatales propias o mayores que las de un Estado federal, y un sistema, más o menos democrático, de elección de sus representantes.

Pero, saben igualmente, que no habrá otra ocasión como ésta para capitalizar el descontento social de importantes sectores que buscan acomodo frente la crisis y la globalización, fuera y lejos de la base social y de los objetivos del 15 M, por lo que urge adelantarse a la quiebra del sistema partitocrático en el que se asientan sus recursos y organizaciones y para ello resulta imprescindible neutralizar una eventual reincorporación a la vida política de la mayoría social resignada o hastiada de la deriva nacionalista de los partidos de izquierda, ya que eso puede significar la irrupción de nuevos movimientos y organizaciones que den al traste con el actual mapa político.

Finalmente, saben que no se presentará ocasión como ésta, en la que dominan todos los resortes institucionales y los recursos de la Generalitat, para poner tierra por medio ante la amenaza cada vez más cercana de la legalidad y la justicia “españolas”.

Estas son razones suficientes para explicar el embarque de esas élites hacia la Ítaca nacionalista; el problema que se dirime no es eso, sino el cómo estas élites intentan cohesionar a la grey nacionalista y galvanizarlas para que ésta siga a los conductores del proceso y se embarque en la aventura. 

Es en este momento cuando aparece como fundamental y determinante la manipulación y suplantación de la democracia participativa por el “derecho a decidir”.

Uno de los rasgos más característicos del nacionalismo catalán ha sido el de tejer una “sociedad civil catalanista”, responsable históricamente de la reivindicación de la lengua y de la construcción en torno a la demanda lingüística de una hegemonía cultural, que ha marcado desde hace décadas las fronteras de lo políticamente correcto en Cataluña. Salvador Giner y otros lingüistas y sociólogos han dilucidado en sus investigaciones y propuestas la importancia de la lengua y la cultura catalanistas como instrumento de hegemonía social y política.  (...)"           (Vicente Serrano y Rafael Núñez , Crónica Popular,  Rebelión, 10/01/2015)

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