"La emisión hace unos días del documental L’endemà (“El mañana”) en TV3 ha causado un gran revuelo en la opinión pública catalana. (...)
A juzgar por los comentarios recogidos en las redes sociales, el
documental no ha gustado ni siquiera al público independentista, que se
queja de que el planteamiento que hace es simplista y demagógico, y por
tanto contraproducente para su causa.
Sorprenden las críticas de los independentistas, porque lo que hace
el documental al fin y al cabo es compilar la fraseología que ellos han
venido utilizando profusamente desde hace años:
– España nos maltrata. Desde el inicio del
documental, nuestro país se representa metafóricamente como un hombre
violento y de lenguaje grosero. Cataluña es la mujer inteligente y
pacífica, que tiene derecho a separarse y a desarrollarse libremente.
Al
final, la separación también será buena para él, porque lo obligará a
espabilarse y a mejorar.
– España nos roba. El espíritu emprendedor y la
laboriosidad catalana se contraponen a la ineficiencia y conformismo
español. España es un país basado en el juego, la especulación y la
prostitución (min. 42). Si Cataluña se queda en España no habrá forma de
escapar de esa economía alejada de la innovación y de la calidad (min.
46).
No falta la referencia a la injusticia de que los niños catalanes
no dispongan de ordenadores en sus escuelas cuando sí los tienen los
alumnos de otras partes de España (min. 24).
También están presentes las
autopistas de peaje y la defectuosa política de infraestructuras:
España es representada como un hombre infantilizado que juega con
trenecitos sin ningún criterio mientras que Cataluña es su pareja
sensata que le advierte de lo absurdo de tal planteamiento (min. 30).
– España es antidemocrática. La presentación
tergiversada de la historia no podía faltar, y es introducida –es cierto
que de una forma un tanto forzada– mediante unas marionetas que no
descuidan ninguno de los tópicos independentistas, desde el 1714 hasta
el proceso de elaboración del Estatuto actual.
Ya al comienzo, justo
tras los títulos de crédito (min. 6), se indica que el Estado español es
“ultranacionalista”, el Estado más nacionalista de Europa occidental.
– Una Cataluña independiente sería rica y feliz. Un
país donde habría igualdad real entre hombres y mujeres, y las pensiones
serían más altas que las actuales (concretamente, se afirma, un 10%).
No habría fronteras y sería impensable que se quedara fuera de la Unión
Europea (min. 58:58).
Además se podría mantener la nacionalidad española
(min. 56) y se seguirían viendo las cadenas españolas (min. 14). Por
supuesto, el Barça podría jugar en la liga europea que quiera (minuto
23). Resumiendo, “estaremos mejor sin perder nada” (min. 14:50).
Cataluña podría ser la California de Europa (1:22:00).
En el documental aparecen la mayoría de los “intelectuales”
independentistas y sus más conocidas caras mediáticas. Entre las 50
personalidades que dan su opinión no hay ninguna que sea contraria a la
independencia. Y eso porque, según ha explicado la Sra. Passola, “he
buscado desesperadamente gente que explique bien el no a la
independencia y no los he encontrado” (Ara, 3/9/2014).
En definitiva, nada nuevo respecto a la propaganda que los catalanes
soportamos desde hace años, de una forma grosera y descarada en los
medios públicos, o más sutil y sibilina en los subvencionados. ¿Por qué
entonces están molestos los independentistas? Para el independentismo,
el problema de L’endemà es que resulta demasiado claro.
Hasta este
documental no habíamos tenido ocasión de ver concentrado en hora y media
todo el argumentario secesionista, mezclando los argumentos
sentimentales con las metáforas absurdas, las tergiversaciones y las
exageraciones.
Si queremos que alguien fuera de Cataluña sepa lo que es
el secesionismo y conozca su verdadero rostro, los que nos oponemos al
mismo no tenemos más que mostrarle este documental. (...)
En L’endemà el independentismo se ha puesto frente a un espejo y no ha podido reprimir una mueca de disgusto."
(El independentismo frente al espejo, de Rafael Arenas y Juan Arza en El Confidencial, en Caffe Reggio, 31/12/2014)
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