"(...) El pasado fin de semana la agencia de noticias dpa informaba de una moción que se presentará en su congreso el próximo fin de semana que contiene el siguiente texto: “Quien quiera establecerse [en Baviera] deberá hablar alemán, tanto en público como con su familia” (sic).
Como ocurrió con el “PKW-Maut”, esta extravagante iniciativa –¿cómo
podría vigilarse el cumplimiento de una ley así?– ha sido objeto de
burla, pero también de preocupación. “Es una intrusión absurda en la
vida privada de las personas”, declaró la portavoz de política de
integración del Partido Socialdemócrata, Arif Tasdelen.
“¿Por qué
debería un matrimonio de ingenieros estadounidenses que vive en Baviera
no poder seguir hablando inglés en su casa? ¿Por qué un hostelero
italiano no debería poder hablar en su lengua materna?”. Desde las
páginas del Tageszeitung, Deniz Yücel se preguntaba si una ley
de este tipo no abarcaría también las cabeceras de prensa en otros
idiomas, que van desde el turco y el árabe hasta el ruso o el hebreo.
“En cualquier caso, no se trata de si estas vulgaridades acaban
implementándose. Este discurso permanente es suficiente para formular un
nuevo ideal de germanidad. […] En el fondo descansa la idea de una
sociedad homogénea, en la que los inmigrantes tienen que integrarse. (...)" (Àngel Ferrero , La Marea, 12/12/2014)
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