"(...) Hay razones para no aceptar la imposición del 9N. Al menos, nueve.
1. No, porque el referéndum es ilegal. El
nacionalismo consuma con la convocatoria de la consulta su ruptura con
el estado vistiéndola de legalidad. De legalidad catalana.
2. No, porque el 9N es un acto de propaganda electoral de la mayoría secesionista.
Duran i Lleida, líder de Unió, y Joan Herrera, líder de Iniciativa per
Cataluña, no estaban en el acto del sábado en el Palau de la
Generalitat. A última hora se dieron cuenta, aunque durante años han
sido las muletas del mundo secesionista- de que en el acto del Palau se
escenificaba lo que será el primer acto electoral de la futura coalición
secesionista –Convergència y Esquerra- que convocará elecciones
anticipadas.(...)
3. No, porque no es para todos, no tiene una pregunta clara.
El 9N los contrarios a la independencia no podrán votar contra la
independencia. Podrán decir no a que Cataluña sea un estado pero no
podrán decir no a que sea un estado independiente. Los que apuestan por
una reforma federal tampoco podrán hacerlo. Ni tan siquiera los que
quieren mayores cotas de autonomía. Sólo podrán ejercer su voto con
todas las garantías los que quieren un estado confederal o la
independencia. (...)
4. No, porque fractura la sociedad. El nacionalismo
exige una Cataluña libre. Sin embargo, en este camino la libertad ha
quedado en el arcén. El pensamiento único presiona en los medios de
comunicación y en la calle. Se conforma una opinión que se supone
mayoritaria y se pide a los ciudadanos su adhesión. Los que se niegan,
sólo unos pocos hacen valer su voz, entran en una fatídica espiral de
silencio, como escribía hace unos días Carme Chacón.
5. No, porque nos han mentido. El secesionismo ha
construido un relato épico a partir de los hechos de 1714 tergiversando
la historia. Sin embargo, esta no es la peor mentira. Ciertamente, la
defenestración del Estatut ha sido el detonante usado por los
nacionalistas para romper con el estado. “No nos quieren, nos echan”,
han dicho en multitud de ocasiones para culminar en “España nos roba”.
Para solucionarlo, Artur Mas se presentó ante Rajoy a negociar un nuevo
Pacto Fiscal. La negociación apenas duró una hora y media, pero fue el
pretexto para iniciar la carrera hacia la separación intentando
aprovechar la situación de crisis generalizada.
6. No, porque nos están mintiendo. El nacionalismo
promete más que la independencia, la felicidad. Viven en su burbuja. En
la Cataluña independiente tendremos más dinero, menos paro, viviremos
más años, tendremos menos accidentes en carretera, el cáncer se reducirá
–véase el programa electoral de CiU en 2012- y Europa nos abrirá sus
puertas de par en par mientras los mercados financiarán la deuda aunque
nuestros bonos son más que basura.
7. No, porque la mayoría no es secesionista. Artur
Mas dice que la mayoría del pueblo catalán está a favor del 9N. Puede
ser, según indican las encuestas. Pero, el presidente catalán cuando
hace esta apelación confunde de forma expresa. La mayoría quiere una
consulta legal y pactada. Justo lo que niega la minoría secesionista que
se arroga la representación de todo el pueblo catalán.
8. No, porque no se garantiza la democracia. En una
consulta ilegal, los contrarios a ella no participan. No están presentes
en el escrutinio, no pueden garantizar la libertad de voto y no se
tiene ningún mecanismo para evitar “chapuzas” electorales.(...)
9. No, porque queremos cambiar España. La Constitución
nos ha deparado más de 40 años de progreso social, económico y político.
Sin embargo, en España las cosas no funcionan como deberían. Se debe
apostar por la regeneración democrática, por la reformulación del
Estado, por garantizar el estado del bienestar y por la cohesión social.(...)" (Toni Bolaño, Crónica Global, Lunes, 29 de septiembre de 2014)
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