"Malos tiempos deben correr cuando uno siente la obligación de explicar
que su capacidad de emocionarse, sufrir o alegrarse, sólo o en compañía
de otros, por amor a los colores de un equipo de fútbol, no incluye el
compromiso de abrazar la causa política de esos otros, o algunos de esos
otros, sean cuantos sean. (...)
Que el F.C. Barcelona celebre la Diada es normal porque es la fiesta
de todos los catalanes, no solo de los independentistas. Pero si se
asume y se fomenta el carácter separatista de la celebración de este
año, como es el caso, se está vinculando la imagen del club a una opción
política discutible, discutida y, por supuesto, excluyente.
Aunque
nunca fue el Barça un equipo discriminatorio en las razas, la religión o
las ideas de sus jugadores o sus seguidores, con su apoyo de hecho al
independentismo apareció en esta ocasión asociado a una idea política
claramente excluyente.
De modo que, partir de ahora, podría sospecharse que el Barça piensa
excluir a los jugadores, socios y seguidores que no compartan las ideas
de Junqueras y su socio, Artur Mas. ¿Y qué tiene que ver el fútbol con la política?, se me dirá. Pues exactamente eso digo yo.
Tal vinculación de fútbol y política, consciente, deliberada, me
parece una falta de respeto a los cientos de miles de catalanes que no
comparten esa opción, a los cientos de miles de seguidores del Barça que
ni siquiera son catalanes y a los futbolistas extranjeros que, por
cientos de miles de euros, defienden con profesionalidad los colores del
equipo sin que conste en sus contratos la exigencia de sumarse a tal o
cual proyecto político.
¿Qué pasará por la cabeza de argentinos como Mascherano o Messi, brasileños como Alves o Neymar, un francés como Mathieu, un canario como Pedro, un manchego como Iniesta, un hispano-marroquí como Munir,
probablemente encantados de vivir en Cataluña, al verse
instrumentalizados en nombre de una causa extradeportiva que, además, ni
de lejos representa a todos los catalanes?
Ficharon por un equipo de
fútbol pero el sábado aparecieron, mal que les pese, aunque no consta
que por propia voluntad, como costaleros del nacionalismo. Al menos en
el minuto 17:14 de juego." (EL CONFIDENCIAL 15/09/14, ANTONIO CASADO, en Fundación para la Libertad)
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