"(...) A pesar de la victoria del NO, lo de Escocia ha sido un desastre
para la región y para toda Gran Bretaña: Escocia está completamente
dividida, la convivencia está tocada, las empresas le han visto las
orejas al lobo y probablemente la “devolución” de competencias acarreará
una pérdida de peso de Escocia en el Reino Unido (Cameron ya ha
anunciado que los diputados escoceses no podrán votar en temas que
afecten a Inglaterra, como hacían hasta ahora; posiblemente se revise la
gratuidad de la enseñanza universitaria para los escoceses etc).
El
Reino Unido se ha mostrado ante el mundo como un país desunido e
irresponsable al arriesgar el equilibrio geopolítico innecesariamente
(la desaparición de las bases de submarinos nucleares escocesas afectaba
seriamente a la OTAN). Su primer ministro ha demostrado ser tan torpe
como arrogante. Y todo esto ¿para qué?
A pesar de todas las diferencias, en Cataluña podemos aprender de la ducha escocesa:
1- Prudencia: los referéndums nunca se ganan del todo. Gane quien
gane, las consecuencias son siempre negativas para ambas partes. No
compensan y no convienen. El error de Cameron ha sido glosado
internacionalmente.
2- Unidad: quienes defienden la integridad territorial deben deponer
intereses personales y centrarse en el único objetivo de permanecer
unidos. Esto resulta muy difícil, pues son los mismos partidos que en el
resto del país son competidores. En Escocia los tories aceptaron a un
laborista (Darling) como jefe de campaña del NO e hicieron piña ambos
con los Libdems.
3- Información: el nacionalismo se basa en mentiras y manipulaciones
que hay que desenmascarar. A diferencia de Cataluña, Escocia fue
independiente y no ha necesitado inventarse ninguna bandera (estilo
cubana). Pero Salmond ha intentado engañar minimizando la posibilidad de
una salida de la UE y de la libra esterlina.
Afortunadamente los medios
de comunicación han ayudado a transmitir la verdad; aquí es necesario
desenmascarar primero la Panzerbrigada mediática que ha montado la
Generalitat con su gigantesco presupuesto para poder poner en evidencia
las mentiras y el odio nacionalista. Por ejemplo, todavia miles de
separatistas están convencidos de que no saldríamos de la UE.
4- Valentía: el canciller del Exchequer explicó abiertamente que
Escocia no podría continuar con la libra, los empresarios expresaron
claramente su posición ante la secesión (la mayoría en contra), la
prensa -desde The Economist hasta The Sun- se posicionó sin ambages.
El
ex primer ministro Gordon Brown, escocés, saltó a la palestra por
propia iniciativa y se recorrió Escocia explicando por qué la secesión
era negativa. El líder laborista Miliband se mojó de buen principio.
Decenas de famosos, desde JK Rowling a David Bowie dieron cara a la
apuesta por la unidad. Nada que ver con Cataluña, donde la red de
subvenciones y la gigantesca corrupción amordaza y atemoriza a muchos.
No es difícil derrotar al nacionalismo. Pero hay que querer dar la
batalla. Y tener claro que, sea cual sea el resultado, las consecuencias
no son buenas.(...)" (Dolça Catalunya, 19/09/2014)
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