"El decreto de convocatoria del 9-N
que acaba de firmar Artur Mas ratifica el secuestro de la igualdad de
los ciudadanos catalanes entre sí. Y el acto solemne de la rúbrica
retrata el primer desgarro significativo de la unidad del frente
soberanista.
El secuestro del principio de igualdad se consagra en el artículo
tercero del decreto. Este artículo confirma -en vez de corregirla, como
era un requisito de cajón-, la posición de privilegio de quienes votasen
sí a la independencia respecto de quienes no reclamasen un “Estado
“propio”.
Los que votasen “no” a la primera pregunta, a ese “Estado
propio”, no podrían pasar a ejercer el derecho a decidir en la segunda,
que es la más sustantiva: sí o no a la separación, a que ese Estado
propio fuese independiente.
La catástrofe democrática que implica ese
formato de cuestiones sucesivas se demuestra también por la siguiente
hipótesis: con la mitad rasa (más un voto) de síes al Estado propio, y
la mitad rasa de “síes” a la independencia (más un voto), un 25% de los
votantes (más dos papeletas) se proclamaría la secesión.
Y si
participase la mitad rasa del censo (más uno), bastaría con un 12,5%
(más tres votos) del electorado para tal objetivo. Probablemente los
porcentajes no serían esos. Pero solo la posibilidad de que ese fuese el
resultado indica ya el carácter rotundamente antidemocrático del
formato elegido. (...)" (
Xavier Vidal-Folch
, El País, 27 SEP 2014)
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