"Nada de épica ayer en el Congreso, como era previsible.
(...) En definitiva la estrategia catalana no se apoya en la ley, los valores
constitucionales o siquiera la razón, sino en el fanatismo emocional,
la gestualidad líquida, el marketing, la propaganda, los eslóganes del
Free Catalonia y toda esa faramalla retórica. Con eso, no hay modo de
pasar la prueba del algodón de un gran debate parlamentario. «Votaremos
igual», aclaraban. O sea, el debate era un trámite vacío (...)
Visto con perspectiva, Ibarretxe era un legalista al lado de estos
patanes; fanático también pero al menos respetuoso con las
instituciones. (...)
Se ha utilizado el descontento social de la crisis para caldear ese
hervidero emocional con fondos públicos. Hay dictaduras bananeras sin
ese descaro: la Generalitat ha usado su propia incompetencia para vender
el malestar; ese victimismo que es el nutriente natural del
nacionalismo, como sostiene el politólogo Tzvetan Todorov.
Hay un
paralelismo paradójico con el laboratorio moral del Barça, al vulnerar
las normas pero proclamar que hay una persecución si son sancionados. En
definitiva, su táctica es situarse por encima de la ley. Ese es el
desenlace de ayer: invitar a desistir del debate en el marco legal,
porque van a pasarse la ley por la fuente de Canaletas." (EL CORREO 09/04/14, TEODORO LEÓN GROSS, en Fundación para la Libertad)
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