"(...) La otra noticia, que acaba de dar la radio, es que la policía ha
detenido durante la madrugada a 24 separatistas por planear acciones
violentas —entre ellas la irrupción en la plaza de San Marcos con un
tanque de fabricación casera— para reclamar la independencia de la
región del Véneto.
“Ahí tiene la diferencia”, explica el veterano librero, que cuenta
entre los detenidos a viejos compañeros de lucha, “a nosotros nos
detienen por reivindicar lo que ya éramos hace mil años, la Serenísima
República de Venecia, mientras que esa tribu del sur, esos árabes, se
tiñen por cuenta del Estado el pelo que no tienen. No, no busque
parecidos. Italia no existe. Y, si existe, nosotros no somos italianos”.
Ese “no somos italianos” del dueño de Acqua Alta –considerada una de
las librerías más originales del mundo— cada vez se escucha más a lo
largo de la geografía italiana. No solo en Lombardía o el Véneto, donde
desde hace años partidos de tinte xenófobo como la Liga Norte
o la Liga Véneta rentabilizan electoralmente esa desafección alimentada
de estereotipos, sino también en Cerdeña o incluso Sicilia.
Se trata en muchos casos de una infelicidad crónica y compartida por
la marcha de un país que no funciona, adobada por un sentimiento de
superioridad histórica y económica. Aliarse con un pasado remoto —la
Serenísima existió desde el siglo IX hasta 1797— se convierte en una
estrategia para alcanzar un futuro de prosperidad que se les antoja
imposible si continúan juntos y revueltos. (...)
“Esta es una de las regiones más ricas y, sobre todo, más
trabajadoras”, explica mientras guarda cola en la delegación de
Hacienda, “y sé que puede sonar poco solidario e incluso xenófobo.
Pero mientras que el sur de Italia arrastra su atraso a través de
subvenciones, de evasión de impuestos, de una economía paralela —por no
decir mafiosa— que consiste en vivir de espaldas al Estado, aquí los
pequeños empresarios como yo— ente que tiene a su cargo a 20 o 30
empleados desde hace años— se están suicidando porque son incapaces de
hacer frente a las deudas y el crédito ya no les llega. Muchos estamos
tan desesperados que somos capaces de abrazar cualquier idea, por
absurda que nos pareciera hace unos años”. (...)
El golpe policial, que llega a acusar a los detenidos de contactos con
la mafia albanesa para la compra armas, se produce además solo unos días
después de que, a través de una consulta planteada por un grupo
secesionista a través de Internet, un 89% de los votantes (unos dos
millones según los organizadores) se mostrara a favor de la
independencia.
“Aunque el referéndum no ha sido legal”, admite
tranquilamente Frizzo Luigi en la puerta de su librería, “nos ha dado la
base para decir lo que pensamos. Nosotros somos vénetos y los italianos
son extranjeros. Como el Estado italiano no usa la democracia y ya nos
han echado abajo dos posibilidades de referéndum, el próximo paso será
una revuelta fiscal. Estamos dispuestos a no pagar los impuestos al
Estado italiano. Y yo le aseguro que eso hace más daño que un cañón de
12 milímetros”. (El País, 06/04/2014)
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