6/3/14

Produce perplejidad la incapacidad política para dar el salto a un estado federal

"(...) Primero, no es cierto que España sea un Estado federal, ni en financiación, ni en claridad competencial legislativa entre gobiernos, ni ante la clamorosa inexistencia de instituciones federales, etc. Otra cosa es que el modelo autonómico, como ya dijo en su día Jordi Solé Tura, tenga textura federal, pero también añadió otra cosa importante, que carecía de cultura federal. 

El federalismo es un concepto polisémico, pero que se rige por tres principios: cooperación, lealtad institucional y solidaridad. Existe un claro déficit de los dos primeros en nuestro desarrollo autonómico. Por tanto, nada más lógico y necesario que una clarificación federal del mismo. No estamos tan lejos. Produce perplejidad, visto desde fuera, la incapacidad política para dar este salto. (...)

Lo que ocurre con el federalismo en España encierra muchas paradojas. Parece que hay un foso infranqueable que impide que acabe de serlo de forma coherente y nominal. Las resistencias que suscita en la derecha española se sitúan en el terreno de la cultura política. 

España debe ser el único país del mundo donde el federalismo se asocia a disgregación cuando en realidad es unión en la diversidad. El nacionalismo de la derecha le impide ser federal, por razones en el fondo parecidas a la de los nacionalistas periféricos, que tampoco han querido prestar nunca su apoyo al federalismo, ya que significaría cerrar el modelo territorial. Como su sueño ha sido siempre la secesión, han preferido hasta hace muy poco la indefinición del modelo autonómico, que permite alimentar la tensión política y acumular agravios.(...)

 Cuando desde fuera de Cataluña se argumenta que no vale la pena hacer una reforma federal de la Constitución, porque no resolvería el problema de fondo, se incurre en otro grave error. 

Es cierto que eso no daría satisfacción a los independentistas por razones obvias, pero sí a una mayoría de la sociedad catalana, parte de la cual, si se ha hecho secesionista o no hace ascos hoy a esta idea, es porque cree que no hay otro camino, aunque extrañamente cierra los ojos al hecho de que la independencia es una posibilidad aún más complicada e incierta desde todos los puntos de vista. Pero se deja seducir por el componente emocional y épico del “proceso”. (...)

En definitiva, España no es un Estado federal, pero está más cerca que lejos. La incapacidad para llegar a serlo de forma consecuente y nominal solo se explica por la influencia pésima de los nacionalismos, de uno y otro lado del Ebro. 

Más que el federalismo como técnica organizativa del Estado, a los federalistas lo que nos interesa es la federación, que es el deseo de querer seguir compartiendo un proyecto en común desde el principio de igualdad y de respeto a la diversidad de los diferentes pueblos de España."             (Joaquim Coll, Crónica Global, Viernes, 28 de febrero de 2014)

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