19/2/14

Llamar nazis a empresarios alemanes no es la mejor manera de hacer amigos en Europa

"(...) Hace unos meses, en una encuesta de El Periódico se ponía de manifiesto que los no independentistas tienen más miedo a expresar su opinión que quienes se declaran independentistas.(...)

 Teniendo en cuenta la memoria histórica -la represión franquista y la guerra civil-, lo que parecería más normal es que la situación fuera la inversa. Más aún, si tenemos en cuenta el continuo victimismo del nacionalismo y sus acusaciones a quienes osan llevarles la contraria de utilizar el argumento del miedo.

 La explicación de por qué no es así es sencilla: los catalanes, en buena parte, ven a la Generalidad como el poder político real en Cataluña y al Estado como algo lejano que ni les condiciona sus negocios ni puede perjudicarles en su carrera profesional o en el reconocimiento social. 

Los instrumentos para tratar de imponer el silencio son el clientelismo económico -contratos públicos, subvenciones- y lo que yo llamaría el mobbing político. Las reacciones al manifiesto de 60 directivos alemanes son un compendio de ambas cosas. Son los propios empresarios los que dicen tener miedo a represalias económicas. 

Y además han sufrido una avalancha de descalificaciones, algunas tan groseras como las de Tardà y Huguet, acusando a los empresarios de nazis. Por cierto, ¿dónde están las famosas quejas sobre la banalización del nazismo? (...)

Se busca intimidar, arrinconar a los disidentes con la potencia de fuego de los medios amigos y la legión de entusiastas activistas. Los calificativos hacia quienes simplemente expresan dudas o denuncian los efectos perversos de la independencia van desde traidor, antidemócrata, franquista o nazi hasta mentiroso o agitador del miedo. Se trata de asustar e imponer la autocensura, ya que carecen, de momento, de instrumentos legales para imponer la censura oficialmente. (...)

Últimamente la sobreexcitación nacionalista les hace cometer continuos errores. Es consecuencia de su creciente ansiedad. Llamar nazis a empresarios alemanes no es la mejor manera de hacer amigos en Europa. (...)"            (Francesc Moreno, crónica global, Domingo, 16 de febrero de 2014)

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