"(...) Hace unos meses, en una encuesta de El Periódico
se ponía de manifiesto que los no independentistas tienen más miedo a
expresar su opinión que quienes se declaran independentistas.(...)
Teniendo en cuenta la memoria histórica -la represión franquista y la
guerra civil-, lo que parecería más normal es que la situación fuera la
inversa. Más aún, si tenemos en cuenta el continuo victimismo del
nacionalismo y sus acusaciones a quienes osan llevarles la contraria de
utilizar el argumento del miedo.
La explicación de por qué no es así es
sencilla: los catalanes, en buena parte, ven a la Generalidad como el
poder político real en Cataluña y al Estado como algo lejano que ni les
condiciona sus negocios ni puede perjudicarles en su carrera profesional
o en el reconocimiento social.
Los instrumentos para tratar de imponer el silencio son el
clientelismo económico -contratos públicos, subvenciones- y lo que yo
llamaría el mobbing político. Las reacciones al manifiesto de 60 directivos alemanes
son un compendio de ambas cosas. Son los propios empresarios los que
dicen tener miedo a represalias económicas.
Y además han sufrido una
avalancha de descalificaciones, algunas tan groseras como las de Tardà y Huguet, acusando a los empresarios de nazis. Por cierto, ¿dónde están las famosas quejas sobre la banalización del nazismo? (...)
Se busca intimidar, arrinconar a los disidentes con la potencia de fuego
de los medios amigos y la legión de entusiastas activistas. Los
calificativos hacia quienes simplemente expresan dudas o denuncian los
efectos perversos de la independencia van desde traidor, antidemócrata,
franquista o nazi hasta mentiroso o agitador del miedo. Se trata de
asustar e imponer la autocensura, ya que carecen, de momento, de
instrumentos legales para imponer la censura oficialmente. (...)
Últimamente la sobreexcitación nacionalista les hace cometer continuos
errores. Es consecuencia de su creciente ansiedad. Llamar nazis a
empresarios alemanes no es la mejor manera de hacer amigos en Europa. (...)" (Francesc Moreno, crónica global, Domingo, 16 de febrero de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario