"(...) Giddens reflexiona sobre un continente que se asoma a un largo
estancamiento, atacado por los populistas, espiado por sus aliados,
inseguro de sí mismo, más alemán que nunca. Y no evita los charcos:
analiza las pretensiones independentistas en su país y en España como
“otra consecuencia de la crisis” y no esconde sus críticas a un debate
“en general poco adulto, en el que falta reflexión y sobran emociones”.
“Siento decirles esto a escoceses y catalanes, pero es imprescindible
hacerse una pregunta sobre las pretensiones secesionistas: ¿Dónde se
detiene ese proceso?”
El mito fundacional de Europa es “la semilla de una idea más amplia”,
en palabras del fallecido Tony Judt. Pero Giddens (Londres, 1938), en
una charla con este diario, detecta un movimiento pendular en sentido
contrario. Especialmente en Reino Unido: “Mi país demuestra una vez más
que es un caso aparte.
A los problemas no responde con un referéndum,
sino con dos: el escocés y el europeo. Eso nos convierte en un peligro
para la estabilidad, ante la perspectiva de que Escocia salga de Reino
Unido y Reino Unido de Europa. Pase lo que pase, el país tiene que
repensar su identidad”.
“Lo más preocupante”, a su juicio, “es que los británicos se
enfrentan a decisiones tan importantes sin un debate serio”. “Si una
mayoría reflexiona sobre estos temas y, con todos los datos sobre la
mesa, los británicos decidimos irnos de la UE, o los escoceses deciden
separarse, entonces no hay más que hablar: están en su derecho.
Creo que
Reino Unido puede sobrevivir sin la UE, y Escocia sin Reino Unido. Pero
también creo que no hemos pensado lo suficiente en las consecuencias”.
Giddens no ve paralelismos entre Escocia y Cataluña: “Es mucho más que
eso: hay una conexión directa. Primero, porque no hay más que ver los
continuos contactos entre los nacionalismos catalán y escocés. Y
segundo, porque España puede llegar a vetar el acceso de Escocia a la
UE” (y viceversa, Londres puede vetar la entrada de Cataluña).
“Estoy
firmemente a favor de las naciones cosmopolitas, en las que la gente es
capaz de vivir al lado de alguien que piensa y siente de forma
distinta”, se confiesa. “Pero no haga mucho caso”, ironiza, “al fin y al
cabo soy británico y un europeísta entusiasta, algo aparentemente
incompatible”. (...)" (Entrevista a Giddens, El País, 27/11/2013)
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