"Perdonad, abuso un poco más. ¡Me van a dar un premio a la
descortesía! Se habla estos días en Catalunya de los hermanos Badia, de
dar su nombre a una de las calles de Barcelona y a otra calle de su
lugar de nacimiento. Se han movilizado para ello firmas conocidas y
menos conocidas. Entre ellas, historiadores y diputados y cargos
políticos de ERC, CiU, Solidaritat per la Independència y otras
formaciones nacionalistas ¿Me explicáis un poco de qué va esta movida?
J.L.: El personaje en sí no da en exceso. Fue un hombre de acción de
Estat Català, deportista y mujeriego, que se había hecho popular entre
la juventud nacionalista por su participación, junto con Jaume Compte,
en el atentado de Garraf, contra Alfonso XIII, en 1925 y su proceso y
condena posterior.
Tenía desde entonces una aureola de héroe, algo
exagerada, y participó activamente en la orientación activista de las
Joventuts de Esquerra. Cuando Dencás pasó a ser Conseller de Governació,
en 1934, lo convirtió en su hombre de confianza en un Orden Público
recién transferido a la Generalitat, en donde abundan los cargos
técnicos y los funcionarios policiales heredados de la situación
anterior.
El objetivo de Dencás era incorporar una nueva
generación de agentes de policía, salidos de las filas d'Esquerra (y
sobre todo de sus juventudes), y mostrar la capacidad de la Generalitat
en el control de la calle, reprimiendo con dureza los conflictos
planteados entonces por la CNT.
Badia fue su brazo ejecutor y, en el
curso de su actividad dentro de la Conselleria, asumió también el mando
de la brigada social, donde conoció a Pedro Polo. La represión de la
huelga del transporte de Barcelona, de la huelga de los mineros de
Sallent, de la SAFA de Blanes, las redadas de La Torrassa, etc., en todo
esos fregados, y también en otros, está Badia.
Pues no parece que sea ningún ángel heroico.
También estuvo en la persecución de las bandas de atracadores, más de
una al servicio -exclusivo o complementario- de la CNT-FAI, y sobre esa
lucha contra el atraco se levantó su mito de policía nacionalista (un
mito que esconde las palizas a los trabajadores).
Lo malo fue que era
tan chulo que hasta se atrevió a detener un fiscal, que acusaba a un
joven nacionalista y tuvo que dimitir. Se alejó de la Conselleria de
Governació, pero siguió colaborando con Dencás en la "organización" del
movimiento insurreccional del 6 de octubre.
¿Qué hizo entonces?
Cuando éste se produjo, su comportamiento no fue precisamente de héroe:
se limitó a verlas venir y cuando se constató que iban mal dadas a
huir, junto con Dencás, por las cloacas de la Jefatura Superior de
Policía. Lo infamante no fue el uso de las cloacas sino su falta de
combatividad y su huída.
Eso sí, su biógrafo Fermí Rubiralta llamó a eso
"estratègia d'acumulació de forces" (¿?). Se refugió en París, donde no
lo pasó mal, y regresó a Cataluña después del triunfo del Frente
Popular 16 de febrero, cuando quedó a salvo de cualquier persecución
judicial por los hechos de 1934. Pero no quedó a salvo del todo; había
acumulado enemigos entre los anarquistas y, también, entre los
partidarios de Companys.
Lo asesinan algunos miembros lumpen de la FAI,
aunque los suyos siempre acusaron a Companys de haber sido la mano que
meció la cuna; una acusación nunca fundamentada, pero que se mantuvo
incluso en el exilio. El único "motivo heroico" exclusivo de Badia fue
su muerte a manos de pistoleros más o menos anarquistas. Imaginad cuál
puede ser la lectura de ese heroísmo.
Es significativo que su
reivindicación coincida, en más de un aspecto, con la popularización de
la doctrina de los dos demonios sobre la guerra civil y de la
interpretación, maniquea y falsa, de la violencia en la retaguardia
republicana como algo propio de anarquistas y no catalanes.
Déjadme subrayar esto último: propio de anarquistas y no catalanes.
AD: Yo añadiría dos cosas.
Adelante Àngel.
Por un lado, y si se quiere un tanto sentenciosamente, darle a la
reflexión un toque conceptual: los años republicanos son -como lo son
todos los años de nuestra vida- años de lucha de clases. El unanimismo
nacional suele ser una ficción. Hay bandos enfrentados.
Y en ese
conflicto los Badia, en nombre del interés superior de la patria, que no
del patrón, estaban contra el proletariado militante. Eso también sería
lo que se conmemoraría en caso de darles una calle. Tal y como se
manifiestan las hegemonías culturales en nuestros días tampoco me
extrañaría.
La segunda observación que creo pertinente es
aclarar a los lectores quién era Pedro Polo. Un policía profesional,
colaborador de Miquel Badia cuando éste se hizo cargo del referido
Servei d'Ordre Públic y ferviente admirador del mismo; que así lo
recordaba cuando perseguía anarquistas en la posguerra.
Ese hombre que,
dado su conocimiento del medio ciudadano, pasó a ser director de la
brigada político-social en la Barcelona del primer franquismo por azar,
dio con el asesino de los Badia. Otro tipo que tiene su miga: un hombre
de acción que por su condición de anti-separatista y, ojo al dato,
anti-comunista se siente seguro en la Barcelona de 1940, en la que
decidió afiliarse a Falange.
Me refiero a Justo Bueno. Seguro, hasta que
lo encuentra Pedro Polo y lo detiene. Acabara siendo juzgado por
diversos asesinatos y ejecutado en 1944.En ocasiones, un periodista
sensato resulta más exacto en la recuperación de los hechos que
historiadores de parte. http://www.upf.edu/materials/fhuma/hcu/docs/t6/art/art154.pdf
Si de estos materiales se tiene que conformar el panteón patrio que
quede claro, al menos, que son materiales de derribo, y de facción." (Entrevista a Àngel Duarte Montserrat y José Luis Martín Ramos, Salvador López Arnal, Rebelión, 13/05/2013)
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