"¿Quién quiere vivir en un país que deshaucia a la gente pobre pero protege la tortura de un animal noble?", como España... es mejor vivir en uno que sólo deshaucia a la gente pobre, y punto, como Cataluña

"La periodista Pilar Rahola ha señalado que España es "un país atrasado, enfermo" porque su parlamento es "capaz de votar, en la misma sesión, a favor de convertir la tortura de los animales en un bien público, y a la vez rechazar la dación en pago".

Para la escritora, en un artículo en La Vanguardia, "luego preguntan por qué queremos huir de aquí los catalanes". En este sentido, ha asegurado que "conozco españoles que están pidiendo un hueco en el tren catalán, porque de esa España retrógrada, amante de la tortura, indiferente ante la desgracia ciudadana, y sobradamente corrupta, quieren huir muchos".

Según Rahola, la España "heredera de los afrancesados y las Cortes de Cádiz (...) ha desaparecido en el agujero negro de unos gobiernos cada día más aislados y más autárquicos".

"¿Quién quiere vivir en un país que echa a la calle a la gente sin recursos pero protege la muerte salvaje de un animal noble? Da asco", ha remachado.

La articulista ha preguntado si "¿no les da vergüenza? Y se lo pregunto a los que se llaman a sí mismos patriotas españoles. Porque no deja de ser triste que sean precisamente los que cada día tienen la palabra España en la boca los que arrastran su nombre por el lodo", ha agregado."            (e-notícies,09/02/2013)

Tal para cual. Tanto para Pilar Rahola y el nacionalismo catalán, como para Rajoy y el PP, cualquier símbolo (un toro), es más importante que el sufrimiento de la gente (un dasahucio). 

Tanto Mas como Rajoy son implacables imponiendo desahucios y desprotegiendo a enfermos... pero uno prohibe el toreo, y el otro no. Menuda diferencia.

El no ver la distinción entre una corrida da toros, entre un combate de boxeo o de lucha libre... y echar a la calle a la gente, o dejarla sin medicamentos, es pura miseria moral. La de Pilar Rahola, la de Artur Mas, la de Mariano Rajoy. 

Porque el hecho de que a muchos desahuciados les gusten los toros, y, en cambio, algunos banqueros los odien, es una cuestión de gusto... sólo el fascismo politiza la estética.  Como hace Pilar Rahola.