"Los resultados presagiaban lo peor y en lo peor estamos. (...)
Con este panorama, Mas podía poner el freno e intentar un acuerdo con
los socialistas a la par que tender puentes con el PP. Sería investido
presidente y tendría que aparcar la consulta secesionista.
Este camino
fue rechazado por un Mas dolido por la derrota y débil en el seno de
Convergència Democràtica. No podía aceptar la derrota ni políticamente
ni personalmente. Bajo este prisma, CiU inicia su particular huida hacia
adelante con el argumento que los soberanistas han ganado las
elecciones.
Sin embargo, ERC no está dispuesta a churrascarse dando apoyo a una dura
política de austeridad. 4000 millones es la cifra de los recortes que
los republicanos no pueden apoyar so pena de tener un duro castigo en
las urnas. El nacionalismo ha descubierto que les une el objetivo de la
independencia pero que les separa ver las cosas desde la derecha o desde
la izquierda.(...)
ERC aprieta y Mas no acepta ni tiempos ni políticas impositivas que
no serían bien vistas por una buena parte del electorado nacionalista.
Por su parte, el líder de Unió juega sus cartas. No le gusta el
acuerdo con ERC y lo dice. No quiere ni fecha ni oír hablar de aumentos
impositivos.
Duran sabe que si hay acuerdo estable pintará poco, a no
ser que los diputados democristianos decidan romper, cosa harto
improbable. Si no hay acuerdo puede ser acusado de ser el culpable de
dar al traste con la transición nacional. (...)
En conclusión, las diferencias para alcanzar un acuerdo económico y para
controlar los tiempos de la consulta han dado al traste con un gobierno
estable. (...)
Conclusión, el plena crisis económica, con un paro en aumento y una
deuda disparada la inestabilidad gobernará Cataluña. Ciutadans, PP y PSC
velan sus armas. Los de Albert Rivera dispuestos a hacer la vida
imposible a un gobierno débil. (...)
Con este panorama, la inestabilidad está garantizada. La pregunta es
cuánto aguantará un gobierno liderado por Artur Mas con este precario
apoyo de los republicanos. Cuáles pueden ser los movimientos del
presidente y de CiU. No hay que descartar nada porque a la inestabilidad
social ahora se suma una inestabilidad política de primera magnitud.
Esperemos que la inestabilidad total no acabe en siniestro total." (Toni Bolaño, Público, | 15/12/2012)
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