El nacionalismo está basado en una idea simple: yo he llegado antes que tú, y por lo tanto tengo más derechos que tú”. Él obviamente habla de lo que habla, pero en este caso podemos aplicarla también a España. La idea de España existe y es indiscutible, ¿por qué?
No es que sea indiscutible que sea una nación, pero todo no se puede discutir. Tú eres un hombre y yo soy una mujer y no lo discutimos, ¿no? Discutimos pero a partir de una realidad. España es una nación constituida primero sin democracia, luego reconstituida. Mañana puede que una parte de España puede decidir que quiere ser independiente y hacemos un referéndum en el que votamos todos los españoles.
¿Esa es la condición?
No es una condición. La Constitución española, a diferencia de otras
constituciones democráticas del mundo, no prohíbe los partidos
independentistas. Aquí hay partidos independentistas y es legítimo el
independentismo. Pero yo soy una ciudadana española de una nación que
hoy es esta. Si una parte se plantea irse a mí me afecta, por eso lo
votamos entre todos.
Todo nos afecta a todos. En Canadá había una
pregunta clara con una decisión aceptada por todos. Una decisión previa
de lo que supone para el resto con un veto definitivo en manos del
gobierno canadiense. La decisión final no dependía sólo de los
quebequeses.
Por supuesto, pero ¿quién votó?
Pero aquello es un estado confederal realmente y, a pesar de todo, el
gobierno de la confederación tomaba la decisión final. No sé qué
hubiera pasado si hubiera habido un resultado aplastante, pero estaba
previamente establecido quién tomaba la decisión final, quién hacía la
pregunta y qué se ponía en la pregunta.
¿Por qué? Porque nos afecta a
todos. En unos sitios se toma la decisión pero votan todos y en otros
sitios la decisión final la toma quien representa a todos, que en este
caso es el gobierno de Canadá. Hay una Constitución, que se puede
revisar, las leyes se revisan. Creo que después de treinta y tres años
de democracia hay que revisar la Constitución a la luz de las
consecuencias que han tenido las leyes que la han desarrollado, pero no
por aquello que decía Maragall de hacerlo por los que no la habían
votado.
¿Para qué? Para que se cumplan aquellos artículos de la
Constitución que no son negociables, aquellos títulos que garantizan la
igualdad, la libertad, la cohesión. Aquellas cuestiones que no son
negociables en ninguna constitución democrática del mundo porque son las
que reconocen derechos fundamentales.
Podemos revisarla para llegar a
la conclusión de que España ha de ser una confederación o un estado
jacobino, lo que sea. Mi propuesta es el estado federal, pero yo no
considero como consideran algunos que sea más democrático el estado
federal que el estado centralista. A mí me ha contestado algunas veces
Zapatero en el Congreso que si hoy hay más libertad y más igualdad en
España es por el Estado de las autonomías.
¡Es la soplapollez mundial!
No es el modelo territorial el que garantiza más libertad o más igualdad
sino las leyes que se aprueban y las consecuencias que tienen esas
leyes. La diferencia entre esto y la España de Franco no es que aquello
fuera un estado centralista y esto sea un estado descentralizado, es que
aquello era una dictadura y esto es una democracia.
Hay estados
democráticos en el mundo y son estados centralistas, te gustará más o te
gustará menos pero a mí para España me gusta más el federalismo, pero
no porque sea socialista o porque tenga una visión socialdemócrata, sino
porque me parece que para este país, para su pluralidad y su
diversidad, lo mejor es la descentralización política." (Rosa Díez, (Lavozdebarcelona, 08/05/2012)
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