"Soy la madre de Jorge Díez Elorza y tanto yo como toda su familia estamos orgullosos de ello". Así se presentó ayer Begoña Elorza, la madre del ertzaina que escoltaba al exvicelehendakari Fernando Buesa y cayó a su lado asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000.
En la mañana de ayer se decidió ayer a hablar, por primera vez en 11 años, en el acto de homenaje que el PSE les dedica a ambos cada 22 de febrero en el monolito colocado en el lugar del atentado. En las convocatorias anteriores se lo ha impedido "año tras año, el dolor", explicó, y la familia dejó en manos de amigos del joven esa tarea.
Begoña Elorza explicó el porqué de su cambio: "Debíamos ser nosotros mismos quienes honráramos su memoria".
Tras una emocionante reivindicación de la honradez de su hijo y de la entrega a su trabajo en la protección "de quienes se encontraban en peligro, fueran quienes fueran", recalcó la "cruel paradoja" de que fuera asesinado "por servir a este pueblo" y de que "una parte de esta sociedad prefiera reivindicar los derechos de quienes asesinaron" a su hijo "olvidando, tapando, escondiendo el hecho mismo de su asesinato".
"Qué duro observar cómo todavía se obstaculizan los planes de Educación para la Paz en nuestros centros educativos. Qué difícil convivir todos los días con personas que desprecian mi dolor o que simplemente lo ignoran", confesó.
La madre del agente asesinado subrayó, sin embargo, que el terrorismo puede estar "tocando a su fin" y dejó ahí expresa su principal duda y preocupación: "¿Quién escribirá la historia? ¿Dejaremos que sean quienes mataron a Jorge los que la escriban?"
Dejó su pregunta en el aire y, en presencia del lehendakari, Patxi López, mostró su esperanza de que no sea así y la historia deje las cosas en su sitio: "Los verdugos, verdugos; las víctimas, víctimas". (Fundación para la Libertad, citando a EL PAÍS, 23/2/2011)
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