11/11/08

El mito de los orígenes, falso pero peligroso, porque lo que de verdad origina es el fanatismo nacionalista

"Pregunta. ¿Cómo ha vivido la elección de Barack Obama?

Respuesta. Con emoción. Cuando oí su discurso en el Grant Park, lloré. No me ocurría desde la visita de Sadat a Israel y el entierro de Isaac Rabin. Me gusta cómo integra códigos tan diferentes: sus raíces africanas, indonesias y musulmanas. Una esperanza para el mundo.

P. ¿Especialmente para Israel, tan unido a EE UU?

R. Esta dependencia ha hecho daño a Israel. Es una relación basada en el mito: el mito del sionismo, de la Tierra Prometida, por un lado, y el de la tierra americana, como el lugar de las oportunidades y libertades, por el otro. En ambos casos, lo religioso es determinante; yo desconfío de eso.

P. ¿Tanto daño hace el mito en la construcción de identidades?

R. Enorme. El fanatismo árabe se basa en el mito, como la identidad israelí forjada en el siglo XX, que ha tenido como terrible destino el fracaso de Auschwitz. Por eso defiendo la búsqueda de los orígenes en el Mediterráneo: es el regreso a la historia." (ABRAHAM B. YEHOSHÚA: "La globalización lleva al mundo gris". El País, ed. Galicia, Cultura, 10/11/2008, p. 39)

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