"Adiós a los gigantes latinos. La 'colla' de Puigcerdà se disuelve por problemas con el alcalde.
El sueño de integración de un grupo de latinoamericanos se ha hecho añicos en
Tampoco ayudaron unas palabras de la concejal de Turismo, María Jesús Vacas, en TV-3, en las que aseguraba que ella quería una colla "con 25 personas de Puigcerdà y, además, cuatro o cinco inmigrantes, pero no al revés, evidentemente". (…)
Pero en los últimos años se habían ido perdiendo aficionados, hasta la disolución de la colla gegantera en 2005. Fue entonces cuando Juan Amaro, un uruguayo recién llegado y "enamorado" de las costumbres populares, se animó a reflotarla junto a un grupo de compatriotas al que se unieron bolivianos, argentinos y dominicanos. "Lo hicimos con conocimiento y apoyo del Ayuntamiento y con la máxima ilusión de devolverle al pueblo todo lo que hizo por nosotros al llegar", explica Amaro. (…)
"Nuestro objetivo no era una colla sólo de inmigrantes, sino de todos", añade. (…)
Todo eran éxitos hasta que, en marzo, el Ayuntamiento intervino. "Nos quisieron imponer una cap de colla, una catalana con mucha experiencia en otras agrupaciones, que desde el principio nos dijo que venía a mandar. Y no nos pareció justo". Amaro considera que detrás hay "revanchismo" por haber publicado un artículo crítico con la gestión municipal. (…)
Pero también ve cierta "inmigrafobia", especialmente en el área de Turismo y Fiestas. "Les costaba aceptar que la colla estuviese en manos de extranjeros y se intentó controlar el ingreso de catalanes para que fueran mayoría", opina Amaro. (…)
En agosto, el Ayuntamiento aceptó la dimisión y se afanó a buscar integrantes para una nueva colla. "Cuesta reclutar gente. En la última fiesta de l'Estany, en agosto, los gigantes salieron gracias a la brigada municipal", explica Amaro. Según la concejal de Turismo, María Jesús Vacas, la nueva colla está "abierta a todos, blancos y negros", aunque volvió a insistir en que le gustaría una "de gente del pueblo, que no sean cuatro personas inmigrantes". Vacas dice "ignorar" los motivos de la disolución del anterior grupo e intenta pasar página a una historia que ha dejado un regusto amargo en Puigcerdà, una población de 9.000 habitantes, de los que 2.000 son extranjeros." (El País, 28/09/2008)
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