Para inventar una nación no hacen falta mil años de historia. Solo hace falta un plan (el de inventar que tenemos mil años de historia como todo el mundo, pero “especiales"), veámoslo: Modelo de construcción de una nación para (empresarios) nacionalistas en la Padania o en Cataluña:
Indispensable ¡Nunca desesperar!. Aún en casos aparentemente imposibles, se puede intentar:
“la fuerza de la Liga depende en primer lugar de su capacidad para aprovechar la fractura territorial italiana. Es más, resulta realmente extraordinario cómo la Liga y sus políticos, dado que resulta difícil identificar a sus teóricos, han sido capaces de inventarse una macro-región. A diferencia de Cataluña, Padania, que es una zona económicamente rica y con un alto nivel de instrucción, no posee ninguna historia común, ninguna tradición compartida, no habla un único idioma, sino dialectos distintos, y presenta culturas políticas diferentes. Y con todo, la Liga ha conseguido imponerla como una entidad efectiva, separada y distinta del resto de Italia.”
Primer argumento: territorializa los derechos, los intereses, las opciones vitales.
“En cuanto ciudadanos residentes en el norte, resultó sencillo para ese electorado hallar identificación e identidad política y electoral votando por la Liga, que se presentaba como portavoz y garante de sus intereses, sus preferencias e incluso sus propias opciones vitales.”
En segundo lugar: ¡¡¡ Madrid nos roba ¡!! Y gracias a nuestros impuestos los gallegos están todo el día tocando la gaita, sin dar palo al agua.
“En segundo lugar, la Liga ha sabido captar también en esa identificación territorial, revalorizándolos, todos los clásicos elementos de protesta de la población del norte en relación con la política romana, de manera especial contra la burocracia y los impuestos que sirven para transferir recursos en favor de las regiones del sur. La escandalosa crisis de la falta de recogida de basuras en Campania, una región (mal) gobernada por la izquierda durante 15 años, ha reforzado a buena parte de los electores del norte en su convicción de que las regiones del sur derrochan el dinero de los impuestos pagados en el norte.”
En tercer lugar: ¿Los políticos de Madrid quieren llevarse las industrias de aquí! ¡¡¡ Independencia ¡!!
“En tercer lugar, la Liga enarbola una actitud crítica contra todos los partidos, contra la política en sí y contra el Estado unitario y centralizado, así como contra la Unión Europea y sus directivas. Se trata de una exigencia de mayor descentralización, que se traduce en demanda de autonomía y, en ocasiones, en la amenaza de una (imposible) secesión. También en este caso, la crisis de la compañía aérea Alitalia, que ha involucrado al aeropuerto milanés de Malpensa, cuyo tráfico aéreo se ha visto reducido en beneficio del aeropuerto romano de Fiumicino, ha llevado a pensar a los electores del norte que, una vez más, los políticos, en este caso del anterior Gobierno de centro-izquierda, favorecen los intereses de Roma.”
En cuarto lugar: ¡Madrid nos inunda con los inmigrantes que ellos no quieren!
“Por último, al haber nacido en buena medida como reacción ante la presencia de italianos meridionales en el norte y estar basada en un decisivo componente de identidad ligada al territorio, la Liga ha transferido parte de sus sentimientos xenófobos contra los inmigrantes, tanto los de África como los de los países de Oriente Próximo, en especial si se trata de musulmanes, así como los de algunos países europeos (rumanos y albaneses de modo especial), cuya tasa de criminalidad es objetivamente mucho más elevada que la media.”
Resumiendo:
“Explotando tanto la inseguridad efectiva como la percepción de inseguridad por parte de los ciudadanos, y no solamente del norte, así como la supuesta permisividad de la izquierda y la incapacidad de la política y del Estado para ofrecer soluciones concretas, la Liga ha recogido adhesiones suplementarias.” (Textos de GIANFRANCO PASQUINO: Liga Norte: partido de lucha y de gobierno. El País, ed. Galicia, Opinión, 16/06/2008, p. 33)
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