24/11/07

Tráfico marítimo para Galicia, porque hace bonito

“En los campos de refugiados de Tinduf, en pleno y sórdido desierto del sur de Argelia, el Frente Polisario creó la República Arabe Saharaui Democrática… Mientras tanto, improvisan y simulan un Estado real. (…)

Razones bastante más que simbólicas dan absoluta coherencia a las reivindicaciones que desde la Xunta se hacen al Gobierno central para que se transfieran las competencias de tráfico y también de seguridad marítima. Es una cuestión de democracia y de eficacia. Esos dos parámetros políticos están vinculados directamente al criterio de proximidad y cercanía en la gestión más conveniente de lo público….

me refiero a la transferencia de las competencias marítimas, porque en el problema del Prestige, la primera causa del desastre fue la incapacidad de gestión por parte de unos políticos que no sólo estaban de caza esos días, sino que además estaban en Madrid….

Se puede argüir que el hecho de que esas competencias estén transferidas no certifica su eficacia en la gestión, pero es que, en este caso, no cabe duda de que resultaría imposible hacerlo peor….

Además, en la lógica del autogobierno sería perverso introducir ese tipo de valoraciones. Los gallegos seguimos enfermando aunque esté transferida la salud pública y los estudiantes siguen suspendiendo a pesar de la transferencia de la educación. Sin embargo, nadie en su sano juicio político discute la conveniencia de que eso sea así porque está fuera de cuestión el derecho que tenemos los gallegos y gallegas para ser responsables y gestores de nuestros asuntos ¿Dónde está el límite de esas transferencias? ¿Quién lo pone? ¿No habíamos quedado que excepto la defensa y la política exterior del Estado todo es transferible? Resulta absurdo que la mala política y la conspiración de salón secuestren la coherencia de estas transferencias bajo el camuflaje de discusiones falsamente identitarias, aritméticas para las reformas estatutarias o españas que se rompen.

Me gustaría pensar todo esto en términos de gestión, de eficacia y de proximidad de derechos porque no somos refugiados en nuestro propio territorio y aspiramos, individual y colectivamente, a no tener que acudir a representaciones simbólicas de cómo administrar la tierra que pisamos y el mar que construye nuestro horizonte de ciudadanos libres. (ANTÓN REIXA: Autogobierno de tierra y mar; El País, ed. Galicia, Galicia, 20/11/2007, pp. 4)

Primero, una comparación miserable (y Reixa es un gran tipo, pero el victimismo nacionalista le hace caer en estas bajezas), la de asimilar la terrible situación de los saharahuis con la gallega, siguiendo la estela de la miseria moral vasca, que se comparan con los kurdos. Hay que tener muchas anteojeras para no ver el despropósito de la comparación, la miseria moral de la misma.

El límite de las transferencias lo pone la tecnología y el buen servicio al ciudadano (y el sentido común). En la época de los satélites y los ordenadores, la centralización de los servicios puede ser muy eficaz, y la descentralización, señal de retardo burocrático. La centralización de la información por parte de cuerpos nacionales, o internacionales, es una ventaja. Cuánto menos información se maneje, menos eficacia. Cuanto más dividida se encuentre la información, mayores errores (casos del 11-M o del 11-S). Es el motivo de que las policías autonómicas den tan mal resultado, aparte de la manipulación política de sus mandos.

Democracia, eficacia y proximidad de la gestión no siempre son sinónimo; a veces, sí; a veces, no. Depende de cómo se utilice la tecnología que hace posible el servicio prestado al ciudadano.

Un ejemplo: la policía vasca es el clásico ejemplo de policía política; la catalana tiene fama de ineficaz y brutal. La mejor, con mucho, es la Policía Nacional y la Guardia Civil, cuerpos centralizados a nivel nacional ¿Para qué cambiar? ¿Para que, pues, una policía gallega a la vista de estos antecedentes? En Galicia está el poder de corrupción a gran escala de los “narcos”, así que la proximidad de servicio (una policía gallega) supone mayor riesgo de corrupción ¿Para qué correr el riesgo de caer al nivel policial mejicano? Cuando se habla de policía nunca se habla del narco gallego ¡Que curioso! Será porque la conclusión sería evidente, y los políticos nacionalistas se quedarían sin poder ordenar poner multas a sus enemigos. Esto es peligroso.

Otro ejemplo: la sanidad “gallega” solo se puede mantener si la Seguridad Social es española (45 millones de personas), y mejor si fuera europea. El derecho de los gallegos es tener el mismo tratamiento contra el cáncer que el resto de los españoles, el mejor; y si para eso se necesita una Seguridad Social nacional, y una gestión nacional, pues gestión nacional. Solo seremos “refugiados” cuando la privatización de la Sanidad, o una mala transferencia sanitaria (como la gallega) impida que los enfermos gallegos reciban los tratamientos adecuados.

Los actos administrativos, las transferencias, son para mejorar, no para empeorar. Nadie tiene "derecho" a empeorar los servicios, como ha sucedido con la educación catalana, ya en el furgón de cola español. Es peligroso.

Y para eso, lo mejor (en la época de los ordenadores) es que la autonomía sea de los hospitales y de las escuelas. No es un político el que debe indicar como se organicen los hospitales o las escuelas. Son sus trabajadores y sus usuarios quienes lo deben hacer, según criterios profesionales de eficacia. No hay criterios sanitarios gallegos. No hay ciencia, ni técnica, ni educación, ni sanidad gallega o catalana. La hay igual para todos, atendiendo a gallegos y catalanes con los mismos parámetros de calidad. Y eso se consigue mejor con sistemas centralizados e informatizados (con una única central de compras de medicamentos a nivel nacional, por ejemplo). Es mejor para todos recibir el mismo trato.

Otro ejemplo: el desastre del Prestige fue dirigido por políticos elegidos por los gallegos mayoritariamente. De modo que los futuros directores gallegos del tráfico marítimo sí pueden hacerlo igual de mal, o peor, aunque parezca imposible. Y es los gallegos pueden volver a elegir a los mismos, inútiles, chicos del PP para dirigir ese tráfico, otra vez desastrosamente, pero desde Galicia. El desastre sería puramente gallego, y el argumento, absurdo.

El tráfico marítimo gallego, para los gallegos ¿Y el asturiano? ¿Y el andaluz?. Sería muy peligrosa la descoordinación entre burocracias autonómicas. Mejor una centralización.

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