"(...) A nadie importa hoy más una estrategia nacional solvente contra la Covid-19 que a las familias de trabajadores humildes, especialmente, aquellos con empleos temporales o atrapados en la economía sumergida. Que se abandone en las comunidades autónomas la competencia indelegable del Gobierno sobre la lucha contra una pandemia –“que se coordinen entre ellas”-, a nadie perjudica más que a ellos.
Los resultados de tanto despropósito son demoledores. Que hoy España lidere los contagios en la UE, con 310 por 100.000 habitantes cada 14 días, frente a Italia –sí, Italia-, con 33 casos, debería llevar a los de “nosotros, la izquierda” a pensar que no hay burladero argumental en el que refugiar las responsabilidades del Gobierno de Sánchez e Iglesias. (...)
No hay disculpa, y menos si quienes menos recursos tienen son los que más sufren los males de la crisis.
Sin una estrategia nacional, que no la suma de minifundios soberanistas, será imposible enderezar la catástrofe de la caída récord mundial del PIB, las mayores dificultades anticipadas para la recuperación o el liderazgo europeo en crecimiento de la tasa de paro. La izquierda que gobierna debe ir asumiendo el coste político de resultados nefastos, que muerden como víboras, y que un problema nacional solo puede ser resuelto a escala nacional.
Las emociones ideológicas, y los evidentes fracasos en la gestión de las comunidades autónomas, no podrán disimular una realidad tan demoledora, que agobia a las familias con menos recursos. Ni los relatos fabricados cada día por el gurú del sanchismo en La Moncloa, sí, Iván Redondo, el de la campaña racista –“Limpiar Badalona”-, el que nos ha convertido a tantos en “fachas de mierda”. Él de izquierdas, padre, yo de derechas. ¡Porca miseria!
Nada perjudica más a la “clase obrera” que la desunión nacional. Para sus intereses, no hay peor clase política que la divisiva, la que “desafía a la ley y desanima a la Nación”, en Cataluña, en Madrid o en Galicia. Cómo va a entender ningún Iván Redondo que lo que hoy le piden los españoles a la izquierda para dirigir el país es alguien progresista, sí, pero también capaz de tranquilizar a electores conservadores y moderados. No, Sánchez e Iglesias no se parecen a Franklin Delano Roosevelt; ni por el forro, que diría el camarada Ortuzar del PNV. (...)
Los resultados de un Gobierno que necesita dividirnos para conservar el poder ya se pueden leer, negro sobre blanco, en todos los informes, pero, quienes sufren los peores daños son quienes viven en los barrios obreros de Madrid, de Barcelona, de Palma, o de cualquier ciudad española. Por eso, padre, hoy te preguntarías qué izquierda es esa que da la espalda a quienes dice representar. Yo tampoco lo entiendo." (Jesús Cuadrado, Cuarto Poder, 25/09/20)
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