10/7/19

Lo que ocurrió fue un golpe posmoderno. Miles de personas salieron a la calle a celebrar algo que nunca sucedió... otras se quedaron en casa profundamente angustiadas. En definitiva, hemos perdido una generación entera...

"(...) 200 académicos han denunciado en un manifiesto publicado en The National el discurso xenófobo de Quim Torra. ¿Cómo explica que alguien que llamó “víboras” y “bestias taradas” a los castellanohablantes presida hoy la Generalitat?

Se explica por el momento en el que nos encontramos. Es un instante de hechizo, de despiste, que permite que una persona como Torra sea el presidente. Alguien que, por cierto, siendo director del Centro Cultural Born, construyó un relato histórico que no tenía nada que ver con la historia. Lo grave es que se lo permitió todo el mundo: hubo criticas de historiadores pero tampoco fueran muchas.

Sin duda, Torra es el peor presidente que hemos tenido, ha superado a Puigdemont. No lo ha superado en irresponsabilidad, porque Puigdemont fue más irresponsable no convocando elecciones y plegándose a la masa que en la plaza de Sant Jaume le llamaba traidor. Es en esos momentos cuando un líder tiene que saber lo que le conviene más a la sociedad. 

Y lo que Puigdemont decidió es lo que le iba peor. Así que, seguramente, Torra es el peor, pero no es él más irresponsable. Simplemente, lo que él ha asumido está más allá de toda lógica. (...)

El juicio al procés acaba de terminar. Mientras para la Fiscalía hubo un “golpe de Estado”, para la defensa solo hubo un delito de desobediencia. ¿Quién está más cerca de la verdad?

Bueno, los que acusan, acusan; y los que defienden, defienden. El fiscal hace al acusado mucho más malo de lo que es, y el abogado mucho más bueno. Es la dinámica de los juicios. Luego, el tribunal tendrá que valorarlo todo y emitir una sentencia. Lo más interesante de valorar será el grado de violencia que se dio en aquellos días. 

Dado que no hay una jurisprudencia clara, se tendrá que dictaminar qué tipo de violencia fue la que tuvo lugar. Y aunque muchos ponen el grito en el cielo cuando defiendo esta idea, en el siglo XXI se entiende que la violencia puede adoptar distintas formas. Por ejemplo, por lo que respecta a la violencia machista, no es necesario que un hombre pegue a su mujer para que se puede observar violencia, ¿verdad? 

En este caso, podemos afirmar que algo pasó —no olvidemos tampoco los días 6 y 7 de septiembre—. Y es que, a veces, parece que solo se trató de un grupo de gente pacífica y estupenda que no hizo absolutamente nada, y no fue así. Algo pasó, y eso es lo que tendrá que dirimir el tribunal.

Javier Cercas denunciaba en un artículo reciente la “fractura emocional” que han ocasionado los políticos separatistas en Cataluña. ¿Qué puede hacerse para superar esa herida?

Será muy difícil, porque hay una parte de la población que cree que esa división no existe y que no ha sucedido nada grave. Por tanto, hasta que esa parte no se dé cuenta del daño ocasionado, no hay nada que hacer. 

Y es complicado porque lo que ocurrió fue un golpe posmoderno. Por una parte, miles de personas salieron a la calle a celebrar algo que nunca sucedió. Por otra, otras se quedaron en casa profundamente angustiadas. 

En lo que respecta a los independentistas, muchos de los que se creyeron todo ahora aseguran que a ellos no los engañaron, que ya sabían que todo era mentira. Y no es así: muchos mordieron el anzuelo. Pero son ellos mismos los que tienen que darse cuenta por si solos. Será un proceso largo. En definitiva, hemos perdido una generación entera."
                    
(Entrevista a Álex Sàlmón, Director de El Mundo-Barcelona, Óscar Benítez, El Catalán.es, 26/06/19)

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