31/5/19

La izquierda española demoniza el fraude fiscal, pero ve como lo más normal del mundo la insolidaridad fiscal de las extremas derechas vascas y catalana. Son unos pagafantas de los caciques carlistoides periféricos y, sin su complicidad con ellos, estos no tendrían el más mínimo poder

"(...)  También se ha mostrado muy crítico con parte de la izquierda española actual, a la que acusa de ser “multinacionalista”.

Sí. Es una izquierda paradójica: ve fascismo hasta en los anuncios del Corte Inglés, pero no es capaz de verlo allí donde este impera campanudo. Es esa izquierda que dice que España no existe, pero que ve una nación en cualquier labriego amorrado a un botijo con cascabeles que se le ponga por delante. 

Es esa izquierda que demoniza el fraude fiscal, pero que ve como lo más normal del mundo la insolidaridad fiscal de las extremas derechas vascas y catalana. Son unos pagafantas de los caciques carlistoides periféricos y, sin su complicidad con ellos, estos no tendrían el más mínimo poder.

Es, además, una izquierda nostálgica de las viejas disputas guerracivilistas por las lindes. Primero ha creado un problema, exacerbando las identidades locales hasta que incluso el último mostrenco del pueblo ha acabado creyéndose muy diferente a los mostrencos del otro lado del río, y luego ha propuesto como solución exacerbar un poco más esas identidades locales. 

Es como un bombero que le pega fuego a una casa y luego propone la innovadora tesis de que ese fuego se apaga rociando la casa con gasolina. (...)"                                     (Entrevista a Cristian Campos, Óscar Benítez, El Catalán.es, 19/05/19)

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