"(...) También se ha mostrado muy crítico con parte de la izquierda española actual, a la que acusa de ser “multinacionalista”.
Sí. Es una izquierda paradójica: ve fascismo hasta en
los anuncios del Corte Inglés, pero no es capaz de verlo allí donde
este impera campanudo. Es esa izquierda que dice que España no existe,
pero que ve una nación en cualquier labriego amorrado a un botijo con
cascabeles que se le ponga por delante.
Es esa izquierda que demoniza el
fraude fiscal, pero que ve como lo más normal del mundo la
insolidaridad fiscal de las extremas derechas vascas y catalana. Son
unos pagafantas de los caciques carlistoides periféricos y, sin su complicidad con ellos, estos no tendrían el más mínimo poder.
Es, además, una izquierda nostálgica de las viejas
disputas guerracivilistas por las lindes. Primero ha creado un problema,
exacerbando las identidades locales hasta que incluso el último
mostrenco del pueblo ha acabado creyéndose muy diferente a los
mostrencos del otro lado del río, y luego ha propuesto como solución
exacerbar un poco más esas identidades locales.
Es como un bombero que
le pega fuego a una casa y luego propone la innovadora tesis de que ese
fuego se apaga rociando la casa con gasolina. (...)" (Entrevista a Cristian Campos, Óscar Benítez, El Catalán.es, 19/05/19)
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