"(...) Pujol y todos los miembros de su Gobierno eran unos nacionalistas de derechas,
vinculados al poder económico, y muy viciados por la corrupción. No se
explica el mandato de Pujol sin algunos personajes centrales, como Macià
Alavedra, ya fallecido, y Lluís Prenafeta. Fueron un foco permanente de
corrupción.
Con casos, además de lo que se arrastraba del caso Banca Catalana,
como la Comisión de Ayuda a la Reconversión Industrial (CARIC), cuya
investigación la prohibió el fiscal elegido por los socialistas, Eligio Hernández.
Ese caso afectaba, de una tacada, hasta a seis consejeros y diversos
empresarios. Con los casos de corrupción, el nacionalismo más atrevido
no acabó de surgir.
--¿Qué piensa y siente cuando
tiene conocimiento de la confesión de Jordi Pujol sobre su fraude
fiscal, y cómo entiende que no haya tenido repercusión en el movimiento
independentista?
--Me pareció gravísimo. Un fraude fiscal durante 34 años es difícil de asumir.
Un país que acepta pasivamente que su mayor representante ha cometido
fraude fiscal durante tanto tiempo, sin que modifique para nada las
pautas de ese movimiento, me parece gravísimo. Porque supone que es
indiferente.
Pero no hay que olvidar a Artur Mas, con la sentencia del caso del Palau de la Música,
que constata de forma explícita que su partido se benefició de más de
seis millones de euros, con comisiones ilegales. Al independentismo le
incomoda que su máximo dirigente simbólico, en el caso de Pujol, sea un
delincuente, como él mismo ha reconocido. Pero no ha variado sus planes.
--¿Por qué no hay juicio sobre el caso Pujol?
--Es una deriva sobre lo que vivimos que no sepamos
nada de ese proceso. Tiene dificultades objetivas, es cierto, pero
podría haber una mayor premura para resolver esa situación, con
horizontes, ahora, indefinidos.
El juzgado central cinco, de la
Audiencia Nacional, que investiga a la familia Pujol, señala que Pujol Soley,
en el 2000, bajo la titularidad de su hijo, tenía 307 millones de
pesetas, (cerca de dos millones de euros), en un banco en Andorra,
siendo presidente. Siempre digo que no hay un país en Europa, ni en la
Europa del este, que haya tenido un presidente en esa situación.
Esa
tolerancia es sintomática, y hace comprensible que en el artículo 79 de
la ley de transitoriedad jurídica se fijara que los jueces anularían los
procesos de todos aquellos que hubieran buscado un proceso democrático
para la independencia de Cataluña. Estaba pensado una especie de
amnistía, que no está incluida en la Constitución española. (...)" (Entrevista a Carlos Jiménez Villarejo, Manel Manchón, Crónica Global, 30/12/18)
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