31/1/19

Sostenemos que es de izquierdas defender la integridad de nuestro país, porque así defendemos la unidad de los trabajadores y trabajadoras que viven en España, sin importar donde nacieron o cuál es su país de origen, sin pedir pedigrees. Defenderlo es proteger a la gente para que haya más igualdad social, más solidaridad, más derechos sociales y laborales, más y mejores pensiones...

"A casi nadie se le escapa que el “proces” se ha llevado buena parte de la izquierda política social y sindical catalana y amenaza con hacerlo con el conjunto de la izquierda española.

 En Cataluña los conflictos sociales se soterran, se obvian o se olvidan, se deterioran los servicios públicos, se consolidan los recortes y se retrocede en bienestar sin importar al Governni a ninguno de sus Consellers

Esto mismo se va extendiendo a otros sitios de España, donde cuesta hablar de los problemas de la gente, de cómo resolverlos, ya que el conflicto catalán lo ocupa todo, entre el hartazgo de la gente y la impotencia de ver sus demandas postergadas. Las elecciones andaluzas han sido un claro ejemplo de ello.  (...)

La sociedad democrática no necesita reconocerse la identidad de forma exclusiva ni excluyente. La secesión nada tiene que ver con la emancipación del trabajo, excepción hecha de pueblos dependientes, ocupados violentamente e imposibilitados de desarrollarse democráticamente. 

Comparar esas situaciones con algunas identidades en nuestro país es un insulto a pueblos como el kurdo, saharauis o palestinos.

El éxito de algún proceso nacionalista en España no se debe al nacionalismo ideológico de sus gentes, sino a la torticera habilidad en plantear que teniendo su propio Estado y sólo por éso, mejoraría la vida de la gente. 

Y ésa es precisamente la estafa política. Más claro: un gobierno catalán de derechas es preferible a un gobierno español de izquierdas. Si se acepta eso, puede uno presumir de “indepe”. (...)

Se busca y se necesita que la izquierda defienda un Estado plural y solidario, garante de libertades y de igualdad de hombres y mujeres, proveedor de protección social y comprometido con un desarrollo económico sostenible medio ambientalmente y políticas públicas que consigan el Bienestar Social como objetivo prioritario.  (...)

No nos convencen los cantos de sirena con los que el nacionalismo pretende atraernos a los federalistas. Sabemos que el federalismo no está en la hoja de ruta del derecho a decidir la independencia ni en ningún referéndum de autodeterminación.

 Nuestro federalismo es unitario, solidario y bilingüe, en armonía y convivencia, sin inmersión lingüística de ninguna de las lenguas cooficiales.

Sea como fuere, el mejor antídoto contra el independentismo es una izquierda que ponga en primer plano la agenda social de defensa de los servicios públicos esenciales: educación, sanidad, bienestar social, dependencia y pensiones públicas, pero también que reivindique que este país es nuestro también y no se lo vamos a regalar a nadie."                   

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