11/1/19

No, la mayoría de la sociedad catalana no está secuestrada, está marginada... una amiga me llamó hace poco: “no puedo más, no me hablan mis hijos…”. La gente se cansa. Unos se cansan y otros se dan cuenta de que es un puro engaño. Es inviable y en el supuesto de un referéndum la mayoría sería aplastante contra la separación...

"(...) Mientras tanto ¿qué pasa con los ciudadanos? ¿Considera que hay un sector de la sociedad catalana que se encuentra “secuestrado”?

Verás, una amiga me llamó hace poco: “no puedo más, no me hablan mis hijos…”.
Esto es un puro disparate. No, la mayoría de la sociedad catalana no  está secuestrada,  está marginada. Comprometidos de verdad con la independencia puede haber medio millón de personas, pero somos siete millones y medio.

¿Hay hastío?

Claro que lo hay. En el año 2013 Cataluña estaba “a punto de decidir su futuro” y en 2019 no hay ni perspectiva. La gente se cansa. Unos se cansan y otros se dan cuenta de que es un puro engaño. Es inviable y en el supuesto de un referéndum la mayoría sería aplastante contra la separación.

Pero hacer un referéndum de ese tipo supone llevar a cabo una fractura evidente de la sociedad.

Y ocurre  que  hemos entrado en una etapa de incertidumbre, porque Sánchez está intentando buscar una vía de acuerdo pero es  difícil. Los comunes no tienen una actitud clara. Igual le ocurre al PSC.

Están ahí con ambivalencia. Y creo que Pablo iglesias debería ser más contundente.

Fiel a sus orígenes, menciona Carlos Jimenez Villarejo en la introducción de su libro unas palabras  datadas en 1980 de Antonio Gutiérrez Díaz que fue secretario general del PSUC y vicepresidente de Parlamento Europeo, a lo que  debe ser el catalanismo, confrontando la visión progresista con la de la derecha.

“La Catalunya de hoy es la Catalunya de todos y no dejaremos que nos la arrebaten aquellos que con nacionalismos extremos y provocadores quieren utilizar la bandera catalana para esconder sus intereses de clase. (…) no debemos caer en la trampa de dejarla en manos de aquellos que la quieren para disimular que las tienen sucias…”.

Y añade como conclusión: ¡Qué gran actualidad tienen estas palabras! No podemos tolerar que el nacionalismo catalán o español –son muy similares por más que traten de ocultarlo– avance en franco y gravísimo perjuicio de las clases populares”.

(Carlos Jiménez Villarejo, antiguo fiscal anticorrupción, ha recopilado su experiencia  sobre el procés catalán en un libro titulado Catalunya, mitos y resistencias que ha editado El Viejo Topo.)

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