"(...) No hay que olvidar que durante el procés, cuando ya
está Mas, se descubre el expolio del Palau que alcanza a Convergencia
Democrática pero antes de ese escándalo hay un momento histórico que es
cuando Maragall interpela a Mas: “ustedes tienen un problema y es el 3
por ciento” que es lo que cobraban por las obras públicas, esto es
objeto ahora de un procés que afecta a políticos y empresarios.
Usted siempre apuntó a la corrupción
Es que es el mapa en que se dibuja. Hay un sustrato
nacionalista que surge con Pujol y luego bajo la presidencia de Mas ese
nacionalismo se va progresivamente reconvirtiendo en una apuesta por el
independentismo que tiene su raíz en la corrupción que inunda a
Convergencia Democrática de Cataluña.
La finalidad es tapar todos los elementos de
corrupción que afectan al partido gobernante sin obviar problemas
menores relacionados con la financiación autonómica que no hubieran
justificado por si mismos el fenómeno independentista.
Un momento crucial es el de las elecciones de
septiembre de 2015, que se hacen con finalidad plebiscitaria y a las
que van unidos Convergencia, ERC, etc., para promover la opción
independentista a fin de romper con el Estado español e incluso con los
tribunales españoles y a la vez garantizar la impunidad de Convergencia
Democrática, que se ve afectada por la corrupción.
Y usted señala que hay “trampa” en cuanto a la mayoría parlamentaria
En esas elecciones de 2015 ganan por justita mayoría parlamentaria.
Hablamos de una comunidad autónoma que tiene la
posibilidad de aprobar una ley electoral propia (como Euskadi) pero que
nunca lo ha hecho porque a la derecha catalanista le favorece el
sistema electoral de la ley española por el porcentaje D`Hont. Como las
mayorías parlamentarias son cortas y nunca se corresponden con una
mayoría social y se quedan en un 40 y 45, por la ley D´ Hont el voto
rural de Gerona y Lleida les favorece mucho, les duplica los resultados y
no se corresponde con el principio electoral de “una persona, un voto”.
Claro, ni se plantean una ley electoral más justa en el sentido de propiciar una mayor proporción entre el voto y el escaño.
Curiosamente en el documento parlamentario de
septiembre de 2013 que he citado antes, decían que se apostaba por la
aprobación de una ley electoral “que mejorara la calidad democrática de
nuestro sistema”.
Es evidente que no lo han hecho porque ya les va
perfecta la aplicación de la ley electoral española. Les lleva a tener
unos diputados y senadores que en relación más equitativa entre voto y
escaño no conseguirían ni alcanzarían una mayoría.
Es una de las contradicciones que arrastran y de la que no quieren hablar. Es un modo mentiroso de hacer política.
No hablan de mayoría social cuando hablan de mayoría parlamentaria. (...)"
(Carlos Jiménez Villarejo, antiguo fiscal
anticorrupción, ha recopilado su experiencia sobre el procés catalán en
un libro titulado Catalunya, mitos y resistencias que ha editado El Viejo Topo.)
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