"(...) El tiempo de Pedro Sánchez está acabando. Su apuesta por el diálogo
suena vacía. Los resultados en Andalucía demuestran su debilidad y
precisa endurecer el discurso para competir contra la derecha. Se
rumorea la posibilidad de una consulta con tres preguntas. No tendrá
tiempo.
Su intento de negociación fue interpretado como debilidad (por
parte del nacionalismo, puesto que necesitaba sus votos) o cesión (por
parte de la oposición de derechas, en un discurso que le da réditos).
Su
error, tantas veces evidenciado, no convocar elecciones cuando lo
prometió. El PSOE tenía hambre de poder. Se vislumbran elecciones
anticipadas. (...)
El Independentismo no puede echar marcha atrás. No hay
mucho margen de negociación, mientras Puigdemont, a través de Torra,
siga marcando la ruta. En Cataluña, hay un evidente vacío de poder. El
primero que dé el paso atrás será anatemizado: será un mal patriota.
Nadie desea perder sus opciones políticas y su modo de vida.
ERC/Junqueras esperan agazapados y a la sombra, sueñan con aparecer como
Moisés abriendo los brazos y guiando al pueblo elegido. Junqueras, el
gran responsable de extender los mitos y falsedades de un
independentismo donde los ríos manarían leche y miel se reserva, quiere
aparecer como el líder mesiánico y salvador, capaz de negociar con el
Estado.
Como hemos indicado en otros comentarios, la derecha
nacionalista catalana necesitaba polarizarse contra la derecha española.
Las dos se necesitaban. Se han retroalimentado. Se produce, así, un
reagrupamiento de las fuerzas más conservadoras a nivel estatal (el
ejemplo andaluz es el más evidente). Se abre paso la posible victoria
electoral de la derecha con el apoyo de la extrema derecha.
La responsabilidad de la izquierda y las elecciones andaluzas
La izquierda a la izquierda del PSOE tiene una gran
responsabilidad. Parte de lo que está sucediendo es el resultado de un
análisis erróneo por parte de la izquierda podemita. Su supuesta
equidistancia no ha sido tal. Al utilizar el argumentario de la derecha
nacionalista catalana (autodeterminación, referéndum, independencia…) ha
quedado cosificada como aliada del Independentismo.
Realizó una fuerte
campaña a favor del “derecho a decidir de Cataluña” en más de 40
ciudades españolas. Hoy, en el Parlament de Cataluña sigue defendiendo
las posturas de la derecha nacionalista, mientras en el Parlamento
español acusa a Pedro Sánchez de ¡¡¡“Incendiar Cataluña”!!!
¿Puede un
gobierno democrático ceder a la presión independentista y dejar de
reunirse donde quiera dentro del territorio nacional? Podemos, en boca
de sus principales dirigentes, ha criticado por antidemocrático al
propio Estado que, curiosamente, les ha permitido gobernar con el PSOE. (...)
En las elecciones andaluza, se rehuyó el debate sobre
el modelo de Estado, parecía que era una isla ajena al vendaval que
provocaba el nacionalismo catalán. Quisieron olvidar que el patriotismo,
también el español, no es necesariamente de derechas, sino que tiene
múltiples manifestaciones. Adelante Andalucía (Podemos-IU) y sus
dirigentes, como Teresa Rodríguez, han demostrado sus limitaciones. El
resultado, un desastre electoral (Se pierden un tercio de los votos en
una confluencia que se pretendía ganadora entre Podemos y IU).
El caso catalán está destrozando a la izquierda
Pero tranquilos: a pesar de que son radicales
anticapitalistas, nadie será responsable. Algunas encuestas apuntan que
una parte del electorado de la izquierda andaluza ha acabado
desorientada votando a Vox (15%) o Ciudadanos. El caso catalán está
destrozando a la izquierda, que se fragmenta o, sencillamente,
desaparece, como IU. (...)
Sectores de la militancia de Podemos Cataluña, vieron
con asombro cómo Ada Colau y el ex secretario general, Albano Dante
Fachin (ahora a sueldo del procés como tertuliano), repetían la misma
argumentación que la derecha neoliberal de Puigdemont o Quin Torra.
De
facto, en Cataluña, una parte de la izquierda a la izquierda del PSC se
ha alineado con la derecha catalana, la que recorta más que nadie en
sanidad, educación y la que afirma que las manifestaciones de
profesores, médicos o funcionarios son “pequeñas cosas sin importancia”.
Ada Colau pretendía que la supuesta equidistancia le
permitiría mantener e incluso incrementar su base electoral. Pero ha ido
de error en error; la ruptura del acuerdo de gobierno con el PSC, se
hizo mirando al Independentismo. El objetivo: forjar una futura
coalición con Esquerra. Ada Colau no ha tenido en cuenta en sus
análisis, si es que los han hecho, que el independentismo catalán tiene
un profundo contenido racista y de clase.
Los militantes de Podemos “mai
serán dels nostres”. El nacionalismo catalán responde a los intereses
de una casta política enfangada en la corrupción y con una concepción
ultraliberal en lo económico y social. Ada Colau en ocasiones parecía
creer que era prioritario el hecho nacional sobre las necesidades
sociales. El mismo argumentarlo con el que la CUP se ha
auto-justificado. (...)
Las elecciones municipales en Cataluña se darán en clave nacional,
constitucionalismo o independentismo, no habrá espacio político para
nada más. En ese escenario, Podemos en Cataluña sin estructura ni
organización aborda las elecciones en el peor escenario posible. (...)" (Eduardo Luque Guerrero, Crónica Popular, 15/12/18)
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