"(...)¿Te refieres al conflicto catalán?
- Sí, por ejemplo. Creo que hay mucha manipulación. Habrá mucha gente que lo haga por convencimiento, pero tiene que haber unas normas del juego.
- ¿Se están rompiendo esas normas?
- Sí, bastante. Hay cosas que pasan en Cataluña que no se permitirían en Zamora ni en Bilbao ni en Zaragoza ni, por supuesto, en Sevilla.
- ¿Hablas del intento de asalto al Parlament el pasado 1-0?
- Sí. Luego, sólo detienen a tres. ¿Pero si yo he visto a 200? Por ejemplo, en Madrid me ponen una multa de tráfico y yo contesto: "Es usted un imbécil. ¿No tiene otra cosa que hacer?". Me pide la documentación y me deja muy claro que está ejerciendo la legalidad y que lo que estoy haciendo es un delito. Y me cae todo: la multa, el recargo, la demanda para ir a declarar. Y aquello se convierte en 300 euros. ¡No queda impune!
- El problema en Cataluña es cuando son los propios gobernantes los que agitan a la población para que rompa la legalidad.
- Sí, claro. El que gobierna silba y mira para otro lado o incluso dice: "Más, más". Por no hablar del que huye.
- ¿Qué es lo que se avecina en nuestro país?
- Ni idea. Cuando ves algo que no funciona, siempre puede ser peor. Siempre viene alguien que hace bueno al anterior, que ya era tela marinera. (...)" (Entrevista a José Luis Gil, actor, El Mundo, 15/10/18)
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