"(...) En su reivindicación del Estado nación, ¿dónde queda el internacionalismo?
Estos días nos han dado en la boca, o lo han pretendido, con la
palabra "internacionalismo", que suena muy bien. Pero el
internacionalismo es algo que hay que organizarlo, ¿o es espontáneo?, ¿o
el trabajador español se levanta por la mañana y se siente vinculado
con el trabajador italiano? El internacionalismo se organiza, se
potencia, se difunde, y para eso están las ideas y las instituciones.
El
internacionalismo es algo que se organiza desde los propios Estados y
en el proceso de toma del poder del Estado.
Detrás de las rupturas que dieron lugar a la III y a la IV
Internacional está, precisamente, la disputa entre el internacionalismo y
el Estado-nación. ¿Puede romperse ahora la izquierda entre los
“cosmopolitas” y quienes creen en el Estado nación? ¿Qué hay de la
posible nueva corriente de Podemos?
Cuando hay lucha de clases y pobres y ricos, lo de cosmopolita me
parece... No quiero utilizar una palabra muy gorda... Déjelo con puntos
suspensivos. (...)
Pero sí parece haber síntomas de ruptura en la izquierda en Europa.
Es una desgracia que nos ha acompañado porque es inherente a la
izquierda, por una razón que nos ha acompañado: la izquierda es el
pensamiento, siempre lo ha sido, basado en Heráclito, todo fluye, todo
cambia, nada es eterno, nada es firme, nada es sagrado. Por eso tenemos
este hándicap, salvo en momentos excepcionales.
La izquierda se salva
cuando sabe trabajar sus pueblos. El Frente Popular era un guirigay, era
un pandemónium, pero había un movimiento en la base de la gente que nos
arrastró. Cuando eso ocurra, si ocurre, estaremos más cohesionados.
Tenemos que darnos cuenta de que las elecciones, aunque son algo muy
importante, no pueden representar el 98% de nuestra labor. El trabajo en
la base, ideológico, cultural, lo tenemos muy abandonado.(...)"
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