"(...) Constatada la retirada del Estado de Cataluña, el nacionalismo
controla todo, desde la calle hasta el colegio, pasando por los medios
de comunicación. Tiene la hegemonía política, cultural y económica y se
ha dotado de un relato victimista y heroico en el que integrarse es
acogedor. Puedo aseguraros que la intemperie es dura.
También critico a la izquierda formal por asumir ese relato, pero no
solo a la catalana, también a la española (la del resto de España)
Siempre he afirmado la vocación transversal del nacionalismo y su
embebimiento (entrismo, que diría un trotskista) en los partidos de
izquierda… desde antes de la Transición.
Ese control de las familias nacionalistas de las direcciones de los
partidos de izquierda (repasar apellidos) consigue que los obreros
mayoritariamente emigrantes de habla castellana acepten
disciplinadamente ese nacionalismo aparentemente inclusivo pero
ferozmente sectario de la época pujolista.
A ello se une el problema que
antes apuntaba de una izquierda sin proyecto para España, seducida por
los cantos de sirena de un nacionalismo que le dice que “luego ya nos
confederaremos los pueblos hispanos una vez liberados de la opresiva
España…” ¡Manda webs! ¡Y la izquierda sin un mástil al que amarrarse!
El fallo que veo en ese proyecto de balcanización que ansían nacionalistas y ciertas izquierdas desnortadas es que el procés ha
generado un despertar en los “charnegos” que ya no estamos dispuestos,
ni a aceptar la secesión, ni a volver al sistema de hegemonía
catalanista de la época pujolista.
El 8 y el 29 de octubre del pasado año, hubo dos grandes manifestaciones defensoras de la integridad de España y contrarias al procés.
¿Que había gentes de derecha en esas manifestaciones? Claro que sí,
supongo que en la misma proporción que en las manifestaciones
pro-independentistas. ¿Había gentes de izquierda? Por supuesto que sí.
Y, seguramente, proporcionalmente más que en las manifestaciones
independentistas.
Otra cosa es la ambición burda del PP y C’s de
acaparar los resultados y el interés periodístico en resaltarles. La
mayoría de los que fuimos no lo hicimos convocados por ellos. El 8 habló
Carlos Jiménez Villarejo y el 29 Paco Frutos. Ellos representaron a
muchos que allí estábamos.
Mi conclusión es que hay un serio peligro de balcanización de
Cataluña y que ésta puede llevarnos a una división territorial y que lo
qué empezó como broma termine siendo una opción real. Tabarnia.
El sufrimiento está asegurado. Pero el nacional-secesionismo, con su
huida hacia delante, ansiando llegar a Ítaca, puede encontrar la derrota
final. (...)"
(Vicente Serrano, Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista y miembro del Grupo Promotor de IZQUIERDA EN POSITIVO. Crónica Popular, 29/08/18)
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