22/10/18

El control de las familias nacionalistas de las direcciones de los partidos de izquierda (repasar apellidos) consigue que los obreros emigrantes de habla castellana acepten disciplinadamente ese nacionalismo aparentemente inclusivo pero ferozmente sectario, de la época pujolista

"(...) Constatada la retirada del Estado de Cataluña, el nacionalismo controla todo, desde la calle hasta el colegio, pasando por los medios de comunicación. Tiene la hegemonía política, cultural y económica y se ha dotado de un relato victimista y heroico en el que integrarse es acogedor. Puedo aseguraros que la intemperie es dura.

También critico a la izquierda formal por asumir ese relato, pero no solo a la catalana, también a la española (la del resto de España) Siempre he afirmado la vocación transversal del nacionalismo y su embebimiento (entrismo, que diría un trotskista) en los partidos de izquierda… desde antes de la Transición.

Ese control de las familias nacionalistas de las direcciones de los partidos de izquierda (repasar apellidos) consigue que los obreros mayoritariamente emigrantes de habla castellana acepten disciplinadamente ese nacionalismo aparentemente inclusivo pero ferozmente sectario de la época pujolista. 

A ello se une el problema que antes apuntaba de una izquierda sin proyecto para España, seducida por los cantos de sirena de un nacionalismo que le dice que “luego ya nos confederaremos los pueblos hispanos una vez liberados de la opresiva España…” ¡Manda webs! ¡Y la izquierda sin un mástil al que amarrarse!

El fallo que veo en ese proyecto de balcanización que ansían nacionalistas y ciertas izquierdas desnortadas es que el procés ha generado un despertar en los “charnegos” que ya no estamos dispuestos, ni a aceptar la secesión, ni a volver al sistema de hegemonía catalanista de la época pujolista.

El 8 y el 29 de octubre del pasado año, hubo dos grandes manifestaciones defensoras de la integridad de España y contrarias al procés. ¿Que había gentes de derecha en esas manifestaciones? Claro que sí, supongo que en la misma proporción que en las manifestaciones pro-independentistas. ¿Había gentes de izquierda? Por supuesto que sí. Y, seguramente, proporcionalmente más que en las manifestaciones independentistas. 

Otra cosa es la ambición burda del PP y C’s de acaparar los resultados y el interés periodístico en resaltarles. La mayoría de los que fuimos no lo hicimos convocados por ellos. El 8 habló Carlos Jiménez Villarejo y el 29 Paco Frutos. Ellos representaron a muchos que allí estábamos.

Mi conclusión es que hay un serio peligro de balcanización de Cataluña y que ésta puede llevarnos a una división territorial y que lo qué empezó como broma termine siendo una opción real. Tabarnia.
El sufrimiento está asegurado. Pero el nacional-secesionismo, con su huida hacia delante, ansiando llegar a Ítaca, puede encontrar la derrota final.  (...)"

(Vicente Serrano, Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista y miembro del Grupo Promotor de IZQUIERDA EN POSITIVO. Crónica Popular, 29/08/18)

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